Chupi sí sabe pescar

Lo suyo no eran las doradas pero, desde que se puso a ello, ya ha pescado varias, incluso una de 5 kilos
Paleo, con la mayor dorada que ha pescado en el espigón de Covas, Viveiro
photo_camera Paleo, con la mayor dorada que ha pescado en el espigón de Covas, Viveiro

Manuel Paleo Gómez,  Chupi para casi todo vivariense que lo trate, no es amigo de presumir de cañista. No le hace falta. Él pesca, y punto. Y si un día vuelve con un capote a casa, también lo reconoce: «O sábado fomos a Ribadeo porque o xoves e o venres pescaran doradas. Pero non pillamos nada. Aínda ten que vir o calor para que se acheguen á costa». Eso sí, hace pocas fechas enganchó en el espigón de Covas una de cinco kilos. «É a máis grande que collín porque normalmente no verán acostumo a pescalas entre quilo e medio e tres quilos. Tiro unha cana para o río e outra para a praia».

El espigón del paseo de Covas es su lugar preferido porque, además de esperar la picada de los

robalos, doradas y sargos, siempre pasa alguien para darle al palique. «Os robalos sempre os collo pescando dende a parte da lonxa», comenta, rehuyendo cualquier secretismo de los que abundan en el mundillo de la pesca deportiva. De hecho, no se le ve con material sofisticado ni hace alarde de marcas.

Su principal valor es que siempre fue pesquín y lleva más de 30 años en el mar. Por eso controla que en esta época es difícil engañar a los sargos, que aparecerán en cuanto el ‘nordestito’ traiga afloramientos de agua y suba la temperatura de las rías. También influyen las lunas, el momento propicio de la marea y, mucho, el cebo. «A dorada péscoa con tita, que a recollo eu mesmo, ou con longueirón incluindo cáscara e todo. Ao principio pesqueinas con langostino, porque lle botaba ó sargo, pero como empezaron a entrar cambiei á tita. Con un destes vermes podes pillar catro ou cinco peixes, e aguanta moito aínda que estean aí picando e picando». Otro cebo que le da muy buen resultado, pero que escasea, es la galera, el gambusino.

«O fútbol non me gusta, eu prefiro divertirme coa cana, que ademáis sae moito máis barato»

No siempre se queda en Viveiro. También acude a postas conocidas de Lago, Morás, Area y, una que le gusta mucho, en Arealongoa, en O Vicedo. «En Lago -explica-, hai que aparecer moi cedo pois alí xúntase tanta xente que logo hai que botar unha instancia para poder pescar. Saen de traballar os de Alcoa, e énchese a praia de canas».

En todo caso, asegura que, como está próximo a jubilarse y la artrosis le pasa factura, de caerse por una playa al anochecer solo espera media hora para comprobar si pican. En caso contrario, regresa de inmediato a casa.

Y es que Manuel Paleo entiende el mar. Hijo de un célebre varero del bonito, originario de Palmeiro (Xove), que navegó en el Playa de Arichachu de Celeiro, Chupi embarcó pronto. Un verano lo pasó a bordo del Olímpico, de Burela, al bonito, hasta que embarcó durante seis en el Hermanos Jove Álvarez, del mismo puerto, y que pescaba bonito y espada. Este barco de madera aún lo tiene cerca: en el fondo de la ría de Viveiro, cerca de la isla Gaveira, convertido en un arrecife. Es decir, sigue dando que pescar.

A partir de ahí, trabajaría en el Madre Asunción y para los Minchos de Celeiro, en Gran Sol y Escocia pero la mayor parte de su vida laboral la navegó en una lancha de bajura que ahora dejó en tierra, por la artrosis. Y pasó cuatro meses en la Patagonia, enviado por Puerto de Celeiro para enseñarles a pescar merluza a los argentinos. «O fútbol non me gusta, eu prefiro divertirme coa cana», sentencia.

Comentarios