Manifiesto de jueces

UNA TREINTENA de jueces y magistrados destinados casi todos en Cataluña, y supongo que los que allí no sirven ahora destino judicial, lo estuvieron, han suscrito un Manifiesto a favor del derecho a decidir. Lo pongo con mayúscula porque semejante documento no puede escribirse sino con ella.

El texto es jurídicamente mediocre y políticamente inaceptable. Deben creer los firmantes y en especial los redactores, que los ciudadanos, avecindados o no en Cataluña, precisan ser iluminados por su sabio criterio jurisdiscente. Pero no, en esto no podían resolver, y como integrantes de la carrera judicial, como titulares de órganos jurisdiccionales, no debían opinar, y al hacerlo vulneran la obligación de neutralidad a la que como miembros del Poder Judicial están sujetos, como con acierto por cierto les ha recordado el Presidente del Consejo General del Poder Judicial.

Me sorprende la tardanza del Consejo en abrir expediente a estos jueces públicamente partidarios y esforzados paladines del derecho a decidir. Algunos se escandalizaban por ello -qué barato está por cierto el escándalo- de que alguien les hubiera denunciado, y adelantaban su criterio adverso a que pudiera instruirse un expediente sancionador.

Pues bien. Como se invoca la libertad de expresión demasiadas veces como justificación de excesos o la no observancia de obligaciones, la cosa tiene que quedar clara.

Los jueces son árbitros, y claro, si por ejemplo les gusta el fútbol serán partidarios de algún equipo. Pero es llano que el día que deban resolver un pleito entre el Celta de Vigo y el Deportivo de La Coruña no pueden ni deben lucir símbolos de alguno de los equipos cuya discordia deban resolver. La grandeza del hombre que ha de juzgar, y no es idóneo para ello si no es capaz de actuar así, es ser en el trance de juzgar independiente incluso frente a sí mismo, olvidando sus filias y sus fobias.

El art. 418 de la Ley Orgánica del Poder Judicial es claro en una de las acciones que los jueces no pueden protagonizar, sancionando como falta grave contravenir lo en el dispuesto: «Dirigir a los poderes, autoridades o funcionarios públicos o corporaciones oficiales felicitaciones o censuras por sus actos, invocando la condición de juez, o sirviéndose de esta condición».

Bueno, quiero poner el acento en este articulo, solo para enfatizar que los ciudadanos Jueces, como tales, e invocando su condición, no pueden hacerlo todo.

Como ciudadanos son libres de hacer lo que quieran, menos lo que como jueces tienen prohibido, no por capricho, sino para garantizar su neutralidad y su imparcialidad.

En un Estado en el que las cosas funcionen regularmente los Jueces y los militares no pueden pronunciarse como tales acerca de los asuntos públicos. En otro caso y si no debe ser así, ya hemos oído a algunos jueces; pues que hagan un Manifiesto algunos militares. Claro, si el Manifiesto judicial está amparado en la libertad de expresión. Y además, en tal caso se debería de incorporar una nueva causa de recusación para los jueces: Ser firmante de un Manifiesto a favor de algo respecto de lo que el justiciable haya hecho pública su posición en contra. No todo es tan sencillo.

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