| Título original: Neighbors. Director: Nicholas Stoller. Reparto: Seth Rogen, Zac Efron. Cines: As Termas (Lugo).Calificación: 2 / 4 |
EL PEOR reflejo especular que se le puede devolver al padre primerizo es un universitario sin camiseta. La vida del adulto y sus responsabilidades se adivinan en los pliegues de la barriga; el insomnio y el no poder mirar atrás, en las autopistas que se abren donde antes había una cabellera que peinar. Peor vecino que tu antagonista es tu propio pasado, o la nostalgia de tu propio pasado encarnada en una pandilla de guaperas en fiesta continua.
Dentro de la inmensa filmografía que hay sobre la pérdida de identidad masculina del adulto, ‘Malditos vecinos’ representaría, de inicio, el enfrentamiento directo de la madurez con su yo despreocupado. Las dudas que surgen dentro de la paz familiar vienen de una imposibilidad de divertirse como antes, no porque haya un inquilino nuevo en casa que demanda atención permanente, sino simplemente porque la escala de valores ha cambiado.
Nicholas Stoller fue uno de los miembros capitales en la Nueva Comedia Americana. Su ópera prima ‘Paso de ti’ (‘Forgetting Sarah Marshall’, 2008) es una de las obras cumbre y la mejor comedia de este siglo sobre rupturas. Pero el brillo de los inicios dio paso a una comodidad y a un discurso conservador en una evolución inversa a la que está haciendo Judd Apatow.
‘Malditos vecinos’ pierde fuelle en cada minuto que pasa. Todo el planteamiento inicial, cargado de buenas intenciones destructivas, se diluye en cada decisión tomada por los guionistas. Lo que arranca como una posible desestabilización de la familia joven, y su relación con los que son más jóvenes que ellos, deriva hacia la tradicional defensa del hogar frente al invasor como única patria del hombre decente.
La fraternidad universitaria de ‘Malditos vecinos’ deja de ser la representación ideal de un pasado joven y se convierte en la peor pesadilla de la clase media. Sin ironías. Orden contra desenfreno. Seth Rogen contra Zac Efron. Stoller y sus guionistas toman el punto de vista del orden y eso, para la comedia, es ruinoso.
‘Malditos vecinos’ es un paso atrás indiscutible en un género que avanza y evoluciona; una renuncia momentánea a las dudas identitarias de una generación preocupada porque cada compromiso le devuelve una derrota.
