Lugo se retrasa diez años

Castiñeira y Orozco, al final de un pleno (Foto: J. VÁZQUEZ)
photo_camera Castiñeira y Orozco, al final de un pleno (Foto: J. VÁZQUEZ)

LA UNDÉCIMA empresa con sede en Lugo que más facturó en el año 2010 era Laboratorios Nupel, ya entonces en concurso de acreedores. Así lo recoge el informe Ardán de 2012 (siempre va con dos años de demora). Hace diez años, la empresa que dio a conocer a Jorge Dorribo, antes de que se lo llevara por delante la operación Campeón, ocupaba el puesto 13 en el listado. En el 2004 reconocía una facturación de 41 millones; en el 2010, de casi 51. En el último informe publicado, el referido a 2012, tal empresa ya no aparece entre las primeras cincuenta. La desaparición es llamativa, sobre todo por su trasfondo judicial, pero no es ni mucho menos la única.

Cito ‘el Ardán’ porque el informe de la Zona Franca de Vigo sirve para ver cómo ha evolucionado la economía lucense, al margen de las empresas con sede fiscal fuera de Lugo, como Alcoa. El informe revela pocos cambios en la cabeza: Vestas, la empresa vivariense de capital danés, lleva años siendo la que más factura. Si en el informe de 2004 le sacaba poco más de diez millones a la segunda, ahora la diferencia ha aumentado. Lo ha hecho hasta el punto de que la facturación de Vestas en 2012 (que fue de 642 millones) supera a la suma de las tres empresas que la siguen. Las cuatro son, además, las únicas que pasan de los cien millones en ventas. Y las cuatro evidencian qué es lo que tiene futuro en Lugo: el viento (Vestas), la leche (Lactalis es la segunda y Leche Río, la tercera) y... la tercera edad. Digo esto último porque la cuarta empresa en facturación es Sanjurjo Alonso, el Grupo Sanal, dedicado a la farmacia, ese sector que tanto tiene que agradecer a la tercera edad... bueno, y también a los que quieren llegar sanos a esas edades.

Los sucesivos informes Ardán reflejan que, con algunas excepciones, el sector empresarial lucense es muy estable. Nupel pertenece al grupo de las estrellas fugaces, que llegan a aparecer varias veces en el top 50 y de repente se esfuman. Es el caso de Cemar, hoy extinta, que en 2010 facturaba casi 24 millones de euros. También ‘murió’ Cetssa. La empresa de seguridad había cedido hace años la corona de mayor empleadora de la provincia (al margen de las administraciones) a la que ahora es Abante Business Process Outsourcing S.L. La que en tiempos fue Sykes (teleoperadora), llegó a rondar los 1.400 empleados (a finales de 2010) y ahora anda por los 827. Claro que tener muchos empleados no es síntoma de éxito. Basta con ver los sorprendentes resultados de Fertieuropa, una empresa de fertilizantes de Ribadeo que con cuatro empleados factura 15 millones; más que Abante o Maderas Besteiro.

En el último informe ya se detectan algunas de las anomalías que han generado muchos de nuestros titulares de los últimos dos años: la caída de facturación de Sanal, el desplome de Tablicia o el de Construcciones Mon (puestos 14 y 16, respectivamente, en 2004 y que ahora no aparecen) y, en general, la ‘volatilización’ de las constructoras. Significativo es ver en qué cifras se mueve la empresa que cierra el top 50: 15,2 millones en el primer año de la Crisis, 2008 (Ingemarga); 13 en 2010 (Norvento Montouto) y 11,7 en 2012 (Matadero Frigorífico de Lemos). Es casi lo mismo que facturó el número 50 de 2004, Souto (11,5 millones). Es decir: diez años han valido para... volver a donde estábamos.

POSDATA. Hay que hacer una fiesta para celebrar que el Concello de Lugo ha otorgado la primera licencia de obras en dos años. Otras se organizan con menos motivos.

El posible referente electoral de los acuerdos del PSOE y el PP en Lugo

LA PRIMAVERA ha hecho florecer los pactos entre el PSOE y el PP. Empezó Vigo y ahora ha seguido Lugo, que es justo la ciudad en la que parece que más puede tener que rascar el PP en las próximas elecciones, por el temporal que zarandea la nave socialista. Quizás sea la cita electoral de dentro de trece meses una de las claves más relevantes. Al PSOE le interesa presentar obras y al PP, demostrar que trabaja mirando por la ciudad, con responsabilidad. Lo contrario hubiera sido otra cosa: los socialistas no hubieran podido vender obras, pero sí acusar a los populares de frenar a la ciudad.

¿Será el presupuesto el siguiente paso? ¿O eso será mucho para las cinturas negociadoras de Orozco y Castiñeira?

(Publicado en la edición impresa el 27 de abril de 2014)

Comentarios