Conscientes de los riesgos, pero motivados por la ilusión o por la falta de opciones, dependiendo de los casos, el número de emprendedores crece año a año. En la comarca de Terra Chá, Meira y As Pontes, se concedieron en 2014 alrededor de un centenar de licencias de apertura de nuevos negocios, una cifra que hace apenas dos años casi no alcanzaba la mitad.
En la capital chairega, 47 negocios se estrenaron el año pasado, un número que se reduce a 26 en 2013 y a 13 el año anterior. Entre ellos, la mayor apuesta fue por tiendas de ropa y complementos, también alguna zapatería y otros comercios, y diversas academias de estudio, a mayores de los bares, aunque en ese caso la gran mayoría son cambios de titularidad. Una de las novedades fue una coctelería.
También se apostó por los espacios infantiles -no había ninguno en Vilalba y se abrieron dos el año pasado- y se estrenó alguna tienda especializada, como una de bicicletas en Plácido Peña.
En As Pontes, la cifra de nuevos negocios en 2014 roza la treintena con una variedad que incluye cuatro peluquerías, dos comercios, varios bares, una empresa de seguros, otra de limpieza, una de fontanería, consultas de psicología, dietética, una clínica médica y dos de podología, además de una floristería. Gran parte de los emprendedores buscaron asesoramiento a través del Instituto Pontés de Promoción Económica (Ippec), aunque otros lo hicieron por su cuenta.
Entre la diversidad de negocios, también se puso en marcha Cultureume, una firma centrada en la promoción y conservación del patrimonio natural y cultural, que como uno de sus primeros trabajos inventarió las piezas del Museo Etnográfico Monte Caxado.
Cifras más bajas
En el resto de concellos, las cifras de apertura de negocios son muy inferiores a las de As Pontes o Vilalba, pero aún así reflejan una mayor actividad que en años anteriores. Solo en cuatro concellos, no hubo ningún cambio. En Abadín, Muras, Pol y Ribeira de Piquín no abrieron nuevos negocios, pese a que en el último está previsto que se ponga en marcha pronto una gasolinera.
En Begonte, se abrieron alrededor de una decena de proyectos comerciales y en Guitiriz se concedió una cantidad similar de licencias, incluyendo los cambios de titularidad y ubicación de una clínica de fisioterapia, una tienda, un centro de estética y una perfumería.
Entre las nuevas apuestas, en Begonte se instalaron dos centros de cría canina, uno en Carral y otro en Damil; un nuevo bar en Quitimil, una peluquería en Baamonde, una exposición y venta de vehículos en el polígono o un almacén de maquinaria agrícola.
En el caso de Guitiriz, los que decidieron impulsar su propio negocio apostaron por peluquerías y centros de estética, una tienda de ropa, otra de artículos artesanales o una pescadería. También se abrió en 2014 un comercio chino.
En Meira, a mayores de algún cambio de titularidad, se pusieron en marcha cuatro nuevos proyectos -dos pastelerías, un bar en la Praza Maior y una tienda de regalos- y en Cospeito abrió una farmacia en la parroquia de Goá y un taller mécanico con local comercial en Feira do Monte.
En A Pastoriza y Xermade fueron más los cambios de titularidad que las nuevas aperturas, aunque también las hubo. En el primero, la cooperativa Terras do Miño abrió su supermercado en la antigua nave de Gancobre y hubo cambios de titular en un bar y un taller de Bretoña. En el municipio xermadés, se instaló Grúas Sergasa en el polígono, mientras Candamil volvió a estrenar bar y un clásico de Xermade volvió a abrir sus puertas.
En Castro de Rei se cambió de ubicación una clínica veterinaria y abrió una tienda de fotografía en Castro de Ribeiras de Lea. Hay proyectos previstos para estos meses, como la apertura de una ferretería o un estudio de ingeniería.
