Lourenzá pone las fabas a remojo

La Sala Túnel, en el Centro de Interpretación. SEBAS SENANDE
photo_camera La Sala Túnel, en el Centro de Interpretación. SEBAS SENANDE

Hace ya unos cuantos años, los romanos denominaban fabae a unas pequeñas semillas, blanquecinas y comestibles, que se encontraban dentro de unas vainas, brotando de una planta que recibía el mismo nombre. Fabae, habas, frijoles o fagiolos; beans para los ingleses y fabes en la cercana Asturias. Son muchos los términos que se utilizan para identificar a estas pequeñas simientes, pero si bien en los tiempos a los que hace referencia el inicio de este texto todos los caminos conducían a la grandiosa y epicéntrica Roma, el mundo de la alubia pasa irremediablemente por Lourenzá.

El municipio es la capital neurálgica de la faba galaica y la faba do marisco, dos variedades de la planta que se cultivan en toda A Mariña y que se incluyen en la Denominación de Origen Faba de Lourenzá, que celebra este fin de semana la XXI edición de su fiesta. Esta celebración sirve como excusa perfecta para acercarse al municipio, que además de ofrecer una excepcional panorámica del mundo de la leguminosa (con museo incluido), posee un patrimonio cultural e histórico envidiable, con el milenario Mosteiro de San Salvador, joya del barroco gallego, como máximo exponente.

FESTA DA FABA

La fiesta gastronómica, declarada de Interés Turístico Gallego, se celebra desde hoy y hasta el domingo. Ferias, degustaciones e incluso actividades deportivas conmemoran la recogida de la cosecha anual, que se extenderá hasta finales del mes de octubre. Vilanova, capital del municipio, acoge en las dependencias del Mosteiro de San Salvador la mayoría de los actos programados, que servirán para promocionar el consumo de la faba.

Precisamente, en una de las antiguas caballerizas del Mosteiro se encuentra el Centro de Interpretación da Faba de Lourenzá, museo interactivo de la legumbre y lugar de obligada parada para el viajero, más todavía durante la festividad.

El centro, una acogedora estancia forrada en piedra, se muestra ante el visitante como un compendio de la cultura del haba, tanto a nivel general como de la Faba de Lourenzá. Las distintas dependencias del museo, que ofrece también visitas organizadas, recogen aspectos destacados de la historia, la producción o el consumo de la semilla, así como muestras de las numerosas variantes que existen.

La parte más llamativa del Centro de Interpretacion es la Sala Túnel. Este pasadizo de 18 metros de longitud, que en su momento sirvió a los monjes del monasterio como camino de huida, presenta en el suelo una plataforma de vidrio, bajo la que se observan los aperos utilizados durante todo el proceso de tratamiento del haba. Elementos olvidados y prácticamente desconocidos para las nuevas generaciones, como el arado o el cribo, están colocados de tal manera que, junto a las detalladas explicaciones que aparecen en los paneles de la sala, permiten realizar un intenso recorrido cronológico desde el tratamiento previo de la tierra hasta el almacenamiento de la simiente.

Un intenso recorrido cronológico es, precisamente, el que hay que hacer hasta la primera mitad del siglo X, cuando don Osorio Gutiérrez decidió abandonar las armas para entregar su vida al Señor. Este hecho cambiaría toda la historia de Vilanova, ya que don Osorio, más conocido como el Conde Santo, construyó el monasterio que, desde entonces, se ha convertido en el corazón de la villa.

El Mosteiro de San Salvador constituye un conjunto único, una recopilación arquitectónica, pictórica y artística en general como muy pocas, por no decir casi ninguna.

El actual edificio corresponde al siglo XVIII, y una simple mirada a la fachada de la iglesia de Santa María creará en el que la observa un cierto aire familiar. Esa sensación se debe a que el arquitecto Casas Novoa decidió ensayar en Santa María su obra magna, la fachada principal de la catedral de Santiago. Sin embargo, la riqueza del monasterio no finaliza en este ‘pequeño Obradoiro’, ni mucho menos.

Traspasar la puerta de entrada a la iglesia supone abrir un libro de historia monacal que se remonta incluso cinco siglos antes de la fundación de San Salvador.

El retablo neoclásico, los púlpitos de granito, los extraordinarios órganos del siglo XVIII o el arcoplano característico de los monasterios benedictinos... Cualquier rincón esconde una obra de arte única, minúscula como las medallas del museo de arte sacro, grandiosa como el descomunal relicario barroco de la sacristía.

Y, por supuesto, un lugar tan mágico como este tenía que poseer su propia leyenda. El Mosteiro guarda en su interior el sepulcro donde están guardados los restos de Osorio Gutiérrez, un sarcófago de mármol fechado en el siglo V. El eco del tiempo narra la historia de que el Conde Santo, peregrinando a Jerusalén, vio en Aquitania el citado féretro, y decidió, según era costumbre en la época, comprar el lugar en donde serían depositados sus restos al morir. ·El mercader, extrañado, preguntó como llevaría hasta tan lejos el pesado sarcófago, a lo que el conde respondió que lo echaran al mar. Al regreso de don Osorio a Galicia, tras haber finalizado su peregrinaje, el sepulcro apareció en la lucense playa de Lago, y fue recogido por unos súbditos, que lo trasladaron al monasterio donde ahora descansa en paz.

En Lourenzá se mezclan el día a día y estas historias antiguas de naturaleza fantástica. Al igual que pasa con las meigas, nadie sabe si existen; sin embargo aquí, está claro que ‘haberlas, habas’.

Un viaje a caballo entre el Camiño y la Ruta da Faba

Los peregrinos llegan a Vilanova procedentes de dos rutas diferentes del Camiño, que confluyen en el Ponte de Pedra. El paso sobre el río Baos fue sustituido por un puente más moderno, sin embargo la vieja construcción permanece mostrando la importancia que poseyó antaño, tanta que en su día Vilanova fue conocida como «Villa del puente».

Los caminantes pueden también descansar en el Albergue de Vilanova, un cómodo lugar donde reponer fuerzas para proseguir el viaje.

Ruta da Faba

Además del Camiño de Santiago, Lourenzá posee su propio itinerario conocido como Ruta da Faba. La Ruta sigue una línea que permite conocer los puntos más destacables de la geografía laurentina. Son muchas las iglesias y capillas que se descubren siguiendo este camino, entre las que se puede destacar la iglesia de San Xurxo. Esta capilla se encuentra ubicada en lo alto del castro de San Xurxo, desde el cual se puede apreciar una completa panorámica del Val de Lourenzá.

El edificio actual es del siglo XVIII, aunque se cree que está construido encima de un asentamiento templario.

Pazo de Tovar

La Ruta da Faba conduce también a edificios de corte civil como el Pazo de Tovar. Esta mansión señorial fortificada, que nunca se llegó a terminar, fue levantada en el 1530 por Antonio de Tovar, ambos datos certificados por una inscripción tallada sobre la piedra de una de las dos torres que presiden la construcción.

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