Los vecinos de Santa María y San Salvador da Pena, quienes el pasado domingo se negaron a entrar en misa en señal de protesta por el traslado a Lugo del retablo mayor del templo de Santa María, estudian iniciar una recogida de firmas en otras parroquias en apoyo a su solicitud de devolución de la obra a este lugar, donde estuvo durante siglos.
Los residentes en A Pena ya estamparon su rúbrica en varios escritos que enviaron a la Xunta, el Obispado y la Nunciatura Apostólica, y ahora se plantean ampliar esta recogida a otras localidades. Se oponen a que el retablo mayor, de finales del siglo XVIII, pase a formar parte del museo diocesano, "de manera que dejaría de estar en el lugar para donde fue concebido, ejecutado e instalado". "Los elementos históricos y artísticos están vinculados en exclusividad al espacio para el que fueron concebidos y han de ser mantenidos y conservados en el punto y lugar al que secularmente aparecen unidos como elementos singulares que son", argumentan.
Dado que en el frontal de la iglesia aparecieron unas pinturas murales del siglo XVI, que fueron objeto de una restauración, los feligreses proponen que el retablo se coloque en una pared lateral.
El retablo de la polémica, de finales del siglo XVIII, fue restaurado tras verse afectado en el año 2013 por el derrumbe de la cubierta
Desde la Diócesis de Lugo reiteraron este lunes que este retablo barroco tendrá como destino el museo diocesano, donde se podrá visitar tras ser sometido a una restauración cuyo coste puede rondar los 17.000 euros. El delegado de patrimonio histórico, César Carnero, recordó que la iglesia de Santa María da Pena está sin culto desde hace años y que el deterioro que presentaba provocó un derrumbe en 2013 que afectó a esta pieza.
"Caeulle o teito enriba e a policromía estaba danada porque choveu por el», resumió Carnero, quien afirmó que el retablo «non pode volver alí polas condicións nas que está a igrexa", debido a que una restauración complicada exige después "unhas condicións de temperatura" determinadas.
El delegado de patrimonio señaló que sí volverá a A Pena la talla de la patrona, la cual se encuentra en el taller de restauración. Por otra parte, se mostró "preocupado" por el futuro de otros dos valiosos retablos y varias imágenes que se conservan en la iglesia, cuya cubierta fue reparada tras el derrumbe y la aparición de las pinturas.
"O desexable sería afrontar a restauración" de las demás obras, pero con "garantías de coidado e conservación", lo que requeriría, dijo, un compromiso por parte de los vecinos de utilización, limpieza y mantenimiento del templo.
