Los vecinos de la Ronda do Carme exigen mejoras en la seguridad vial

Su demanda es a raíz de los dos accidentes graves ocurridos en el último mes y medio

Los dos graves accidentes de tráfico que tuvieron lugar en el último mes y medio en la Ronda do Carme, a la altura del número 10, han sido la gota que ha colmado el vaso. Los vecinos del tramo inicial de esta avenida, en dirección hacia la Fonte dos Ranchos, exigen al Concello de Lugo que adopte medidas que obliguen a los conductores a reducir la excesiva velocidad a la que suelen circular, sobre todo en horario nocturno.

"Es rara la noche que no oyes dos o tres frenazos de coches", afirma un vecino. Una de las medidas para mejorar la seguridad vial que se podría adoptar, a juicio de los que residen en el primer tramo de números pares de la Ronda do Carme, es la instalación de pasos de peatones elevados. Reclaman además que la Policía Local extreme los controles.

Esta demanda vecinal se produce por la alarma generada a raíz de que se registrasen dos accidentes espectaculares. El pasado 27 de agosto un conductor, que perdió el control de su turismo a altas horas de la madrugada, arrancó de cuajo cinco árboles de la mediana, además de chocar contra dos vehículos que estaban aparcados. El percance se saldó con tres heridos.

Un mes antes otro conductor, que cuadruplicó la tasa de alcoholemia, se llevaba por delante de noche un turismo que estaba aparcado en la zona, haciendo saltar también las alarmas vecinales.

PISAR EL ACELERADOR. La Policía Local ha detectado por las noches a conductores que circulan por esta vía que pisan el acelerador más de la cuenta para poder hacer de un tirón la Ronda do Carme desde el cruce con la Rúa Santiago hasta la Fonte dos Ranchos, con el fin de incorporarse a la Avenida das Américas y salir así de la ciudad sin encontrarse semáforos en rojo.

El único obstáculo con el que se topan esos conductores en los primeros 400 metros es el estrechamiento de la vía a la altura del inmueble número 10, en donde tuvieron lugar ambos accidentes, porque el carril de la derecha está habilitado para que se pueda aparcar.

En los 500 metros restantes hay tres pasos de peatones elevados y señales que advierten de que la velocidad está limitada a 30 kilómetros por hora.

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