Los vecinos de Conforto no entraron a la misa ni sacaron la procesión

El párroco de Conforto ofreciendo la misa ante la talla. josé  mª  álvez
photo_camera El párroco de Conforto ofreciendo la misa ante la talla. josé mª álvez

Los romeros que ayer acudieron a la romería de Santa María de Conforto mostraron su apoyo a las reivindicaciones que en los últimos días mantiene los vecinos de la parroquia. Ayer no se volvió a sacar la procesión y fueron muchos los feligreses que se quedaron fuera del templo en señal de protesta ante la falta de explicaciones sobre lo que ocurrió con la talla de Nuestra Señora.

El número de personas que acudió ayer a Conforto en el día grande de la romería fue notablemente inferior al de años anteriores, y los asistentes se mostraron comprensivos con la decisión de los vecinos de no celebrar la procesión: «Se esto axuda a presionar ao obispado para que investigue os feitos e, se é pertinente, expulse ou polo menos traslade ao cura desta parroquia a outra lonxana, benvido sexa», explicó un vecino de Lugo con familia en A Pontenova.

La imagen de los alrededores del santuario invitaba a la polémica, con una gran pancarta que contenía la inscripción ‘Cura dimisión’ y un tablón con dos imágenes, la de la talla anterior y la que ahora luce en el altar tras la supuesta restauración (acompañadas de un cartel informativo en el que pedían a los feligreses que alguna vez hicieron donativos a la Virgen que comprobasen si los objetos donados continuaban estando) situados a la entrada del cementerio y de la iglesia.

GRITOS AL SACERDOTE

A pesar del revuelo montado acerca del presunto cambio de talla efectuado por el sacerdote de Conforto, Xosé Anxo Fernández López, en colaboración con el cura de Riotorto, Antonio Rúa, lo cierto es que los oficios religiosos se celebraron sin ningún incidente «porque eso é o que lles houbese gustado a eles para ter algunha excusa», explicó uno de los portavoces del colectivo vecinal.

Aún así, al acabar la última de las misas, se produjeron dos roces entre Fernández y algunos de los presentes. En primer lugar, el sacerdote echó de la iglesia a los numerosos medios de comunicación -algunos de repercusión nacional- presentes, que estaban esperando a que saliese de la sacristía. Los periodistas obtuvieron como únicas declaraciones del religioso un «me estáis intimidando, voy a llamar a la Guardia Civil» antes de ser expulsados.

El segundo de los momentos de tensión se vivió a la salida del sacerdote del edificio religioso. La multitud, que no había increpado a Fernández a lo largo de toda la mañana, acompañó con un abucheo generalizado -y unos cuantos insultos- el trayecto del cura entre la puerta del santuario y la de su coche, que se cerró con un irónico aplauso emitido por los presentes. Varios agentes de la Guardia Civil estuvieron presentes en Conforto a lo largo de toda la mañana, aunque su intervención no fue necesaria.

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