Los vecinos de Canabal piden controles para evitar la muerte de más peces

La mortandad de peces y truchas registrada el viernes en el río Cabe a la altura de la localidad soberina de Canabal provocó el malestar del vecindario en relación al estado de las aguas. Así, los vecinos demandan una mayor vigilancia del medio fluvial y en especial de posibles vertidos, en los que podría estar el origen del desastre así como en bajos niveles de oxigenación. Sobre ello, la Consellería de Medio Rural trata de averiguar las causas exactas, pues la zona afectada quedó sin fauna piscícola.

Los residentes en las casas cercanas al Cabe apuntan que esa parte del río se ve afectada, ya sea por vertidos o por bajos niveles de oxígeno, todos los veranos. «Cada vez que llega el calor, aparecen peces y truchas muertas sin averiguarse nunca las causas», dice una persona que transita a diario las orillas.

Los vecinos consultados instan a las administraciones competentes a que estudien las circunstancias de los problemas y propongan «una solución definitiva o que depuren las correspondientes responsabilidades», pues creen que el origen está en «una fuga del polígono de Monforte».

Investigaciones

Cuando el viernes saltó la alarma en Canabal, la Confederación Hidrográfica del Miño Sil (CHMS) abrió un expediente para determinar el estado del agua, pues es la materia de su incumbencia, según señaló el ente. Por su parte, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), perteneciente a la Guardia Civil, recogió muestras de la fauna para su análisis y remisión a la Consellería de Medio Rural, competente sobre la fauna.

Tanto la CHMS como la consellería apuntaron que los resultados de las investigaciones no se conocerán hasta pasados unos días dado que es preciso hacer varios cultivos para conocer las causas de la mortandad.

El Ayuntamiento soberino, de su lado, disipó cualquier duda sobre la salubridad del agua de la traída. El alcalde, Luis Fernández, insistió en decir que la captación se realiza en Canabal, pero no del Cabe, como piensan muchos vecinos, sino de pozos existentes en la zona conocida como O Cubeiro.

En vista de esas sospechas, el regidor encargó análisis a mayores de los que se hacen de forma periódica para constatar que las aguas son aptas para el consumo y se reforzó el sistema potabilizador con más cloro.

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