Los turistas preguntan por la mesa que ocupó Nicolás

Rodríguez (izquierda) y al fondo la ría, desde el San Miguel. ama
photo_camera Rodríguez (izquierda) y al fondo la ría, desde el San Miguel. ama

«Disculpe, ¿es éste el restaurante en el que comió el pequeño Nicolás?». Ésta una de las preguntas que sorprendentemente más escuchan los empleados y el dueño del establecimiento San Miguel, José Ramón Rodríguez, que siempre ha guardado al respecto una absoluta discreción. Desde la detención, el pasado 13 de octubre, del joven que está siendo investigado por haberse hecho pasar por un enlace entre el Gobierno y la Casa Real, el local se ha convertido en un reclamo turístico. Al lugar acuden los turistas para fotografiarse a la entrada y para reservar la mesa a la que se sentó el supuesto estafador.

La mesa en la que comieron Francisco Nicolás Gómez y un empresario es además la que disfruta de las mejores vistas sobre la ría de Ribadeo, si bien, el comedor del establecimiento es en sí mismo un mirador sobre el estuario.

Los clientes preguntan también qué es lo que comió Nicolás, al parecer platos muy propios de Galicia, como pulpo y almejas.

El número de clientes, sin embargo, apenas aumentó, pero sí el de visitantes, que acuden al restaurante para fotografiarse a la entrada. No en balde, está ubicado en el paseo portuario, donde un ascensor panorámico que sube a la atalaya permite obtener una perfecta panorámica del paraje.

Quienes demuestran esta curiosidad «son persoas de fóra», no los clientes habituales. El personal del establecimiento asegura estar recibiendo mensajes de familiares incluso de los Estados Unidos, hasta donde ha llegado el escándalo.

Mientras, el cabo de la Policía de Madrid que viajó con el joven a la villa reconoció que lo hizo en su día de descanso, dejando el arma en el armero de la unidad de escoltas, sin cobrar por el servicio y con un coche no oficial.

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