Los tres cazadores que mataron con saña una jabalina no irán a juicio

El juez de A Fonsagrada ve similar la matanza a la que "tradicionalmente se lle deu ao porco". Entiende que el ribadense y sus compañeros escogieron el modo más rápido de abatirla

Los tres cazadores –un ribadense, otro fonsagradino y un asturiano de Grandas de Salime– que fueron acusados por la Guardia Civil, al final del pasado verano, por matar con saña una jabalina, se libran de tener que ir a juicio. Así lo decidió el pasado 30 de marzo el juez de A Fonsagrada, que instruyó el caso, puesto que fue en esta localidad donde tuvo lugar la cacería en enero de 2014. El magistrado ordenó sobreseer la causa, al no apreciar un delito penal en los hechos.

El tribunal tomó esta decisión tras ver el vídeo de la matanza, que circulaba por las redes sociales el pasado año y que motivó la denuncia. Fue un vecino de Vegadeo el que le remitió en agosto la grabación al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil.

Los agentes denunciaron la "crueldad mostrada" al abatir la jabalina: "Se vulneran los derechos de los animales, ya que se aprecia cómo los cazadores se ensañan con el animal a cuchilladas para finalmente decapitarlo, apreciando un claro y doloso sufrimiento".

Trasladaron el caso al juzgado de A Fonsagrada y a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras y enviaron, tanto el vídeo, como 15 actas de denuncias contra las personas identificadas y contra el coto de A Fonsagrada.

En dichas actas se aludía a la ley 13/2013 de 23 de diciembre de caza de Galicia, para denunciar por "abatir un animal salvaje en las condiciones más cruentas y dolorosas posibles, evitando una muerte rápida", así como por "no justificar, ni por parte de los participantes, ni del coto, que la cacería se realizase en época hábil y en terreno cinegético", como indicaba el Seprona.

El auto del pasado 30 de marzo ya es firme, puesto que nadie lo recurrió en el plazo señalado. El juez afirma que "na gravación obsérvase como, mentres cunha corda se suxeita un xabarín acosado por cans, crávaselle un coitelo en parte do corpo que pode ocasionarlle unha gran hemorraxia e morte rápida". Considera que "se quería dar morte a un xabaril e escolleuse un método que conduce a conseguila dun modo rápido".

Entiende que no consta que se le ocasionase "ningún sufrimento máis aló do que necesariamente vai unido aos feitos expostos e que non son moi diferentes de como tradicionalmente se veu dando morte aos porcos", por lo que acordó el sobreseimiento provisional y archivo de las actuaciones.

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