Los tesoros ocultos del monasterio de Samos

Una selección de valiosas obras de la muestra ‘'O monacato nas orixes do Camiño’' se exponen por primera vez en la abadía
Una muestra de la alfarería típica de Samos forma parte de la exposición
photo_camera Una muestra de la alfarería típica de Samos forma parte de la exposición

El monasterio de Samos cuenta desde el pasado mes de diciembre con un atractivo añadido a su ya de por sí interés patrimonial e histórico. Se trata de la exposición ‘Silencio. O monacato nas orixes do Camiño de Santiago’, formada por una selección de tesoros de la abadía, que se acercan por primera vez al público. 

Organizada por el propio cenobio y la Asociación de Periodistas e Estudosos do Camiño (Apecsa), con el patrocinio del Xacobeo, la muestra recibe al visitante con una de las piezas de mayor interés, un fragmento del antiguo retablo de Santa Catalina de Alejandría, de finales del siglo XVI, de la autoría de Francisco de Moure. 

El maestro escultor, que durante varios años se instaló en Samos con su taller para la elaboración de cinco retablos, firma otras dos obras presentes en estas salas y consistentes en sendas tallas de Santa Basilisa y San Andrés. 

Los comisarios de la exposición, Luís Celeiro y José Manuel Salgado, incluyeron también una serie de imágenes sometidas durante medio año a un proceso de restauración con una de las becas de la fundación Otilia Millares. 

Entre ellas se encuentran -además de los trabajos de De Moure-, una talla de San Martín de Dumio del siglo XV, de madera policromada y autor anónimo, o un San Benito de José Ferreiro del siglo XVIII, junto con un cuadro de San Agustín datado en el XIX.

BIBLIOTECA. La abadía posee una gran biblioteca, algunos de cuyos ejemplares tampoco podían faltar en la muestra. Según explica el prior, José Luis Vélez, entre las joyas figuran dos de los 15 incunables que guarda el cenobio, referentes a la regla de San Benito. 

También se exhiben varias piezas que pertenecieron a la antigua iglesia románica. Es el caso de un ajedrezado elaborado con mármol similar al de la iglesia de Hospital de O Incio o el de un sarcófago del siglo XIII, con dos bases zoomorfas que dejan constancia del origen noble de la persona que allí reposaba, cuya identidad sigue siendo hoy en día una incógnita. 

La exposición consta también de material fotográfico y audiovisual, además de completarse con varios ejemplos de alfarería típica de Samos y una recopilación de objetos procedentes de la botica del cenobio benedictino. 

‘Silencio. O monacato nas orixes do Camiño’ tuvo una gran acogida por parte del público. Desde su inauguración, el pasado 3 de diciembre, recibe una media de 25 visitas diarias, calcula el prior. Según concreta, la mayor parte de los visitantes son turistas que se encuentran de recorrido por la comarca, procedentes de toda Galicia y de otras comunidades como Castilla-León, Madrid o Cataluña, junto con peregrinos que recorren estos días el Camino Francés. 

La exposición, de entrada gratuita, permanecerá abierta hasta octubre. Los fines de semana se puede visitar accediendo directamente al museo por la puerta de Carros y el resto de los días, preguntando en portería. A partir de Semana Santa, estará atendida de forma continua por un miembro de la comunidad benedictina.

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