Los ribadenses disfrutan de un nuevo pabellón con rocódromo y 500 plazas

Alumnos de las escuelas deportivas ribadenses, en el nuevo pabellón. (Foto: Antonio López)
photo_camera Alumnos de las escuelas deportivas ribadenses, en el nuevo pabellón. (Foto: Antonio López)

Más de medio millar de ribadenses, principalmente niños, llenaron ayer las gradas del nuevo polideportivo que inauguraron el vicepresidente provincial, el nacionalista Antonio Veiga, y el alcalde, del mismo partido, Fernando Suárez. El titular de la Diputación recordó la necesidad que la localidad tenía de este nuevo espacio, «dadas as deficiencias que presentaba o edificio anterior, que imposibilitaban calquera práctica deportiva no seu interior». El nuevo pabellón es más moderno y más amplio, ya que pasó de un aforo de 360 plazas a otro de 500. A ello se suma una urbanización exterior que incluye 40 plazas de aparcamiento y hasta un rocódromo para iniciados.

En los trabajos de rehabilitación solo se conservaron los vestuarios, porque hacía relativamente poco tiempo que habían sido construidos. Además de disponer de varios accesos, salidas de emergencias, sala de enfermería y ascensores, los arquitectos hicieron posible que la instalación vaya a tener «unha grande vida e cotidianeidade grazas a que dentro hai unha sala de xuntanzas e unha serie de despachos para o uso municipal e para empregar polos clubes e asociacións deportivas de Ribadeo».

AJUSTES. Dos empresas lo concluyeron sin variar el presupuesto

  • A pesar de que la ansiada obra del pabellón pasó por la dificultad de tener que rescindir el contrato a la adjudicataria anterior por incumplir los plazos y luego, quebrar, se mantuvo el presupuesto inicial, como indican los arquitectos: «No hubo desviación económica desde el presupuesto inicial, algo que es difícil de lograr», confirma Consuelo Fernández.
VENTAJAS
Los arquitectos de Mondoñedo y el aparejador de Ribadeo vigilaron la obra a diario

Los arquitectos María Consuelo Fernández Reigosa y Manuel Ramón García Martínez. que diseñaron el proyecto original, son mindonienses. El aparejador José María Álvarez Martínez, aunque de origen asturiano, está afincado en Ribadeo y el coordinador de seguridad y salud del proyecto ha sido el ribadense Ernesto Cruzado: «Este feito significou -afirma la arquitecta- que puidemos facer un seguemento moi de cerca, case a diario da actuación, algo case imposible en moitos encargos que requiren maiores desprazamentos. Ademais xera unha vinculación especial de responsabilidade moral cos teus propios veciños», reconocen. 

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