Los rescatados del Luno, en casa

García, en el Playa de Salías, en la ría de Ribadeo. (Foto: A.V.)
photo_camera García, en el Playa de Salías, en la ría de Ribadeo. (Foto: A.V.)

Se cumplió ayer una semana del naufragio del carguero Luno, frente a la dársena francesa de Bayona. A falta de que culminen las investigaciones sobre el siniestro, todo apunta a un fallo en el sistema eléctrico, producido justo cuando el barco iba a entrar a puerto. El mercante, de 100 metros de eslora y 20 años de antigüedad, quedó a expensas de la fuerza del mar, que, en pleno temporal, acabó partiéndolo en dos contra el dique sur del muelle. A bordo viajaban el práctico y once marinos españoles (uno, con nacionalidad cubana y española). Dos de ellos residen en Ribadeo: el capitán, de Santander, y su pareja, la boalesa Vega García, de 30 años.

«En el accidente marítimo, ella perdió todas sus pertenencias, porque prácticamente vivía en el barco donde pasaba meses, así que al mar fue a parar su ropa, su teléfono móvil -de hecho tuvo que hacer un duplicado de su tarjeta para poder conservar su número- y la documentación», señalan sus allegados en Ribadeo, quienes aseguran que ayer mismo, la joven aún tramitaba la pérdida del DNI, entre otros documentos de los que ahora carece.

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