Los promotores ven cómo sus créditos acaban en el banco malo aunque no sean morosos

Muchos promotores y constructores que han conseguido mantenerse en el negocio pese al estallido de la burbuja inmobiliaria están encontrándose con la sorpresa de que el hecho de cumplir sus compromisos crediticios no les garantiza que no acaben en manos de la Sociedad de Gestión de Activos de la Reestructuración Bancaria (Sareb).

De hecho, las normas que regirán la Sareb ya incluían esa posibilidad, la de que las entidades financieras con problemas pudieran traspasarle también los créditos a promotores, tanto los calificados como dudosos (deudores que ya han incumplido alguna de las obligaciones asumidas contractualmente, siempre y cuando el primer incumplimiento tenga una antigüedad mínima de tres meses) como los subestándar (los otorgados a sectores económicos o regiones geográficas que atraviesen por problemas económicos, o los que sencillamente están mal documentados). No obstante, la mayoría de promotores daba por hecho que la mayoría de los catalogados como normales seguirían en manos de la banca.

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