Hasta mediados del siglo pasado los manantiales eran una fuente de salud para la sociedad. Decenas de ciudadanos peregrinaban para darse un baño o beber el agua de una fuente a la que se le atribuían poderes curativos. La Fonte Branca de Ferreirós de Arriba, en O Courel, era uno de los manantiales más conocidos de la provincia de Lugo porque a sus aguas calcáreas, de ahí su tonalidad blanca, se le asignaban propiedades para curar enfermedades cutáneas y para devolver el apetito a los convalecientes.
Orlando Álvarez es vecino de O Courel y de pequeño fue un par de veces a la Fonte Branca. Cuando era niño le contaron que se recurría a este manantial y a otro similar que hay en la Devesa de A Rogueira para lavarse la piel, beber el agua y untarse las heridas con los restos que quedaban en la piedra.
La despoblación de O Courel y el bajón de la actividad agraria dejaron inaccesible la Fonte Branca hasta que hace un año Orlando Álvarez, reconstruyendo sus viajes de niño y con los testimonios de algunos vecinos, logró ubicarla de nuevo, y acortar la zona en la que estaba.