El malestar entre los ocho comerciantes que tienen puestos en la plaza de abastos de la ciudad del Cabe no es nuevo. Desde que hace dos años fueron desplazados de la zona central a un lateral de la edificación para dar paso a los mercados temáticos, se suceden las quejas. Primero por el cambio y segundo por detectarse numerosos defectos relacionados con la reforma, que costó 800.000 euros, y con el equipamiento. Ahora, al conocer que el Ayuntamiento no puede reclamar la fianza a la empresa que realizó las obras para solucionar los problemas y que, por lo tanto, los arreglos se demorarán hasta que se resuelva un proceso judicial iniciado por la constructora contra la demanda del aval, los placeros están que trinan y piden al Ayuntamiento que asuma las reparaciones de forma urgente.
«Es sorprendente lo que pasó y pasa con la plaza. Después de tanto dinero que se gastó en las obras resulta que están mal hechas y tampoco se pueden pedir responsabilidades», comentó uno de los placeros. «Está claro que la culpa de todo la tiene el Ayuntamiento por no haber hecho las cosas bien desde el principio. Ahora no puede lavarse las manos», apuntaba ayer otro comerciante.
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