Los papeles de Kennedy conectan a su sucesor con el asesinato y el KKK

Aunque 2.800 documentos sobre el magnicidio han visto la luz, no lo harán los más sensibles ► El servicio secreto soviético creía en la conspiración de Lyndon B. Johnson y la ultraderecha
Lee Harvey Oswald
photo_camera Lee Harvey Oswald

Estados Unidos acaba de publicar más de 2.800 documentos inéditos sobre el asesinato de John F. Kennedy (JFK) que detallan algunas actividades de la CIA en la Guerra Fría, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, permitiera divulgar esos archivos y ordenara mantener otros, los más comprometidos, ocultos por ahora. Algunos de los informes liberados este viernes conectan al sucesor de Kennedy, el también demócrata Lyndon B. Johnson, tanto con una conspiración pergeñada por la ultraderecha estadounidense para asesinar a JFK como con el grupo racista y supremacista blanco Ku Klux Klan (KKK).

Entre los papeles que salen a la luz pública se constata que los líderes de la Unión Soviética consideraban a Lee Harvey Oswald, a quien se atribuyó la ejecución material del magnicidio, un "maníaco neurótico que era desleal a su propio país y a todo lo demás". Por lo visto, los funcionarios de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) temían que hubiera una conspiración detrás de la muerte del presidente, tal vez organizada desde la derecha estadounidense o por su sucesor en la Casa Blanca, Lyndon B. Johnson, que era vicepresidente durante el mandato de FJK en la Casa Blanca. "Los líderes soviéticos dieron instrucciones inmediatas a los agentes de inteligencia de reunir información sobre el presidente Johnson".

Sobre este aspecto, otro informe, en este caso de la organización de seguridad nacional estadounidense, el FBI, alega que el presidente Lyndon B. Johnson podría haber sido un miembro del grupo racista Ku Klux Klan. Cuentan con el testimonio de un informante que había asegurado que el grupo supremacista blanco tenía pruebas documentales de que Johnson había sido un integrante del KKK durante los primeros días de su carrera política en Texas, a pesar de que la prueba no fue aportada.

Los papeles de Kennedy han puesto también de manifiesto que, frente a las sospechas que miraban hacia el enemigo del otro lado del telón de acero en unos años en los que el equilibrio de la Guerra Fría estuvo a punto de saltar por los aires en mil pedazos, en la URSS se recibió con "consternación" el magnicido.

El diario local británico Cambridge News recibió un aviso de "grandes noticias" en Estados Unidos justo 25 minutos antes del atentado


Un registro del exdirector del FBI J. Edgar Hoover cita a una fuente dentro de la Unión Soviétiva que señala que los líderes comunistas estaban "desencajados". "La noticia ha extendido una gran estupefacción y disgusto y las campanas han sido tañidas en memoria del presidente Kennedy". Los soviéticos estaban convencidos de que la acción homicida que acabó con la vida de JFK no había sido obra de una sola persona, sino producto de "una campaña planeada cuidadosamente en la que numerosas personas habían participado".

Asimismo, el FBI tenía constancia de que, en los días que siguieron al atentado de Kennedy, los principales líderes de la URSS estaban temerosos de que, sin liderazgo, "algún general irresponsable en los Estados Unidos pudiese lanzar un misil a la Unión Soviética".

No obstante, otro de los memorandum hechos públicos ayer recoge una cita de Richard Helms, exdirector de la CIA, los servicios secretos estadounidenses durante las presidencias de Lyndon B. Johnson y Richard Nixon en el que asegura que el primero de ellos estaba convencido de que el magnicidio de Kennedy era una respuesta al asesinato del presidente Diem de Vietnam en el contexto de la guerra colonial en el este país asiático.

Por otra parte, la liberación de estos 2.800 documentos en torno al magnicidio de JFK ha permitido conocer, según los archivos del FBI, los intentos de un detective privado de espiar a Kennedy cuando aún era senador y no se había sentado en el Despacho Oval de la Casa Blanca. "Una chica de compañía de alto standing en Hollywood había dicho a los agentes del FBI que el detective privado Fred Otash había contactado con ella para preguntarle si el senador Kennedy estaba involucrado en fiestas sexuales". El investigador, asimismo, había sugerido a esta mujer ser equipada con un dispositivo de grabación para captar cualquier "manifestación indiscreta" por parte del senador. Ella rechazó la propuesta y aseguró que no estaba al tanto de ninguna "indiscreción" por parte de JFK.

En otro orden de cosas, se ha conocido ahora también que el FBI advirtió a la Policía para que protegiese a Lee Harvey Oswald, a quien se había imputado y arrestado por el asesinato. "El jefe de la Policía nos aseguró que Oswald sería suficientemente protegido, pero no lo fue", dejó por escrito el exdirector del FBI Hoover.

La administración Kennedy propuso en 1962 pagar a los cubanos por matar a comunistas. La vida de Castro valía 2 centavos


Quizás esta advertencia se debió a la amenaza de muerte contra Oswald que el FBI había recibido un día antes de que este fuese asesinado. "Fue un hombre que hablaba en voz calmada y que se identificó com el miembro de un comité que iba a matar a Oswald".

Según se desprende de los papeles de Kennedy dados a conocer este viernes, las teorías de la conspiración fueron una de las grandes preocupaciones del FBI. Dos días después del magnicidio, cuando el principal sospechoso, Lee Harvey Oswald, fue asesinado por el dueño de un club nocturno, Jack Ruby, en el sótano de las dependencias policiales de Dallas, Hoover escribió: "Lo que más me preocupa es tener algo que pueda convencer a la opinión pública de que Oswald es el asesino de verdad".

Aunque, como estimaban los medios de Estados Unidos, los documentos cuya liberación ha permitido Trump no contienen ningún bombazo, sí que han desvelado curiosidades como que 25 minutos antes de que Kennedy fuese abatido mientras circulaba en un coche descapotable por las calles de Dallas, un periódico local británico, el Cambridge News, recibió una llamada anónima que advertía de inminentes "grandes noticias en Estados Unidos". "La persona que llamó dijo únicamente que un reportero del Cambridge News debería avisar a la embajada de EE UU en Londres acerca de una gran noticia y después colgó", señala este informe.

Más allá de las circunstancias alrededor del asesinato del trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, los papeles de Kennedy constantan el modus operandi de lo que hace años se tenía más que sospechas, como los esfuerzos de la CIA por intervenir en diferentes países de Centroamérica, como El Salvador o Guatemala, así como la obsesión por acabar con Fidel Castro. Así, Robert Kennedy, hermano de JFK, comunicó al FBI que la CIA había reclutado a un intermediario para consultar al mafioso Sam Giancana sobre contratar a un sicario por 150.000 dólares para asesinar a Castro en Cuba.

Esta cifra aparece en un archivo de 1975 de 83 páginas en el que, además, se reporta cómo los servicios secretos de EE UU habían considerado enviar unas píldora con veneno al comandante en jefe de la Revolución Cubana".

Como curiosidad, la administración Kennedy había propuesto un sistema de recompensas de hasta un millón de euros para pagar a los cubanos por matar a comunistas y que valoraba la vida de Fidel Castro exactamente en 2 centavos de dólar.


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