Los pájaros de Chahidi no cantan

La operación liberó a decenas de marroquíes de la terrible red de explotación montada por su compatriota, que estaba siendo investigado en un juzgado de Ponferrada antes que en Lugo
Una funcionaria habla con los trabajadores que vivían en el piso patera de Armando Durán
photo_camera Una funcionaria habla con los trabajadores que vivían en el piso patera de Armando Durán

ES AÚN MUY difícil aventurar el final de la operación Pollo y, por la tanto, hacer un balance. Pero sí que hay un hecho que, al margen de que se haya podido desinflar en estos años de instrucción, los esfuerzos empleados en esta o los acusados que finalmente se sienten en el banquillo, puede justificar por sí mismo su existencia: decenas de ciudadanos extranjeros se vieron liberados de una red que los explotaba hasta niveles cercanos a la esclavitud. 

Al frente de la red se situaba, según el sumario, mohamed Chahidi, que ya comenzaba a exprimir a sus compatriotas antes de salir de marruecos. Para él, según declara uno de los extranjeros, eran poco más que animales y no se molestaba ni en saber sus nombres: "a toda la gente que ha traído les llamaba ‘muka’, que es una especie de pájaro que no canta, que no sabe dónde está y que solo mira a los lados", relata a la jueza. 

Las condiciones en las que vivieron y trabajaron muchos de ellos una vez en España eran similares, de hecho, a la de los animales que cuidaban o transportaban. Dos de ellos, por ejemplo, tuvieron que ser rescatados por los servicios sociales y las autoridades leonesas de la granja de ovejas en el Bierzo propiedad de Chahidi; sus exploraciones médicas al ser rescatados señalan el estado de grave desnutrición producto de meses y meses sin apenas comida. 

SIN PAGA NI COMIDA. Uno de ellos explica cómo en los cuatro meses que estuvo cuidando ovejas en la granja, Chahidi nunca le pagó y dormían "en la granja en un rincón sin agua, sin electricidad, sin nada. Trabajaba veinticuatro horas prácticamente. No comí en semanas. La primera vez estuve cuatro días sin comer, luego comí y estuve otras dos semanas. A veces, cuando tenía muchísima hambre, comía pan que nos daba una vecina". 

Para llegar a este infierno, además, había tenido que pagar al traficante de seres humanos 10.500 euros en Marruecos. La tarifa se movía, según la Fiscalía, entre 8.000 y 14.000, dependiendo de las posibilidades de las fami lias, que se veían obligadas a vender sus posesiones para costear el viaje en el que depositaban todas sus esperanzas de un futuro mejor. En algunos casos les cobraba parte hasta en cabezas de ganado, hasta dejarlas sin nada. 

EL JEFE, A TODO LUJO. Hasta a sus propios hermanos, que se encargaban de controlar a los trabajadores que alojaban en los pisos patera y que luego repartían por las granjas y ponía a cargar y descargar pollos, vivían con estrecheces. Él no. Fue detenido en el chalé de dos plantas que tenía en Cacabelos. En ese momento llevaba en su mercedes 72.000 euros en efectivo, y en un bolsillo de la chaqueta el resguardo de una transferencia reciente a un banco marroquí por 250.000 euros. En su ordenador había fotos de lo que se suponen que eran sus posesiones en marruecos y de él mismo rodeado de coches de alta gama.

Uno de los aspectos más sorprendentes de la operación Pollo es que, en realidad, nunca tendría que haber existido en Lugo. En la provincia se inicia de manera casual, con una detención por robo y la entrada de una comisión judicial en el piso patera que la red tenía en armando Durán. 

CRUCE DE INVESTIGACIONES. Lo que no está en los 44 tomos del sumario es lo que sucedió en ese momento. Apenas una hora después de que la jueza y los policías irrumpieran en el piso, llegó un aviso de la Guardia Civil de Ponferrada: acababan de interceptar una llamada al teléfono de Chahidi en el que le avisaban que la Policía estaba entrando en el piso de armando Durán. 

Resultó que la Guardia Civil y un juzgado de Ponferrada llevaban detrás de Chahidi más de un año y tenían su teléfono pinchado y la investigación muy avanzada, investigación que corría el riesgo de irse al traste por la intervención del juzgado de instrucción 3 de Lugo. Su titular, Estela san José, decidió no obstante seguir adelante con la causa y posteriormente reclamó al juzgado de Ponferrada todo lo actuado hasta ese momento, que se acumuló a la instrucción de lo que afectaba a la provincia de Lugo. 

Nunca se podrá saber si aquella investigación que ya estaba muy avanzada habría sido más o menos eficaz que esta, entre otras cosas porque con Chahidi huido en la actualidad tampoco se puede aventurar cómo acabará. 

Hay que recordar que la operación Pollo fue, además, el origen de otras macroinvestigaciones, entre ellas la famosa operación Rey, con decenas de políticos y empresarios de Castro de Rei imputados. 

Sí se sabe cómo acabó aquella: tras una rocambolesca peripecia judicial en la que llegó a ser anulada en su totalidad por la audiencia Provincial y posteriormente 'rehabilitada' por el Tribunal supremo, todos los acusados fueron absueltos.

Comentarios