Los obispos Aristóbolus y Lucius precedieron a Maeloc en la vieja diócesis

Fernando Villapol localizó los nombres de dos antecesores del famoso religioso medieval. El rastro de ambos apareció en una obra firmada por un antecesor suyo a mediados del siglo XVII y que había pasado desapercibida

El investigador amateur Fernando Villapol, afincado en Bretoña y natural de San Tirso de Abres, afirma haber descubierto tras investigar en el archivo diocesano de Mondoñedo que Maeloc no fue el primer obispo bretón, tal y como sostiene hasta ahora la tesis oficial, sino que en realidad hubo dos más antes que él.

Se trataría concretamente de san Aristobolus, un mártir ubicado hacia el 513, y san Lucius, también mártir y que él localiza en el año 516. Serían los dos primeros y tras ellos sí que vendría Maeloc, que acudió a un congreso catedralicio en representación de su sede y a continuación vienen los conocidos Metopis, Sonna y Bela. Fernando Villapol introduce en este punto otra variante "porque normalmente se salta a Savaricus, pero eu encontrei tres no medio, que son Theodorindus, Gundisalvus e Rudesindus".

Estos descubrimientos le llegan en parte de su afición a buscar los orígenes de su familia, entre los que se encuentra Bartolomé de Vilapol y Vega, quien en 1658 consiguió publicar un libro escrito en realidad en el año 1647.

Esa obra parte del diccionario bibliográfico de escritores de Antonio Couceiro en su volumen III y además recuerda que el libro de su antepasado aparece en el tomo XVIII de la España Sagrada de 1764.

Bartolomé de Villapol y Vega hizo una recopilación de los obispos britonienses que difiere de la que aporta el historiador Enrique Cal Pardo pero al que él otorga validez "porque primeiro Bartolomé de Villapol era un escribano e o que sería un intelectual da época, e por outra banda, polas datas nas que está escrito o seu libro, está máis preto das datas nas que sucederon os feitos e puido ter aceso a fontes de documentación que tal vez se perderan e que sen dúbida podían validar e sustentar as súas teses, que el sostén por certo sen ningún tipo de ánimo de discusión nin de gañar nada, porque el se limita a expoñer unha cronoloxía de homes".

Precisamente él reconoce que tampoco quiere generar ningún tipo de polémica, sino dar a conocer unos hechos que él localizó en un libro de mediados del siglo XVII y que merecen ser tenidos en cuenta porque suponen una matización importante a la historia de Galicia aceptada.

Fernando Villapol comenta de su antepasado que "era un intelectual e tiña aceso a documentación importante. Polo seu cargo era o encargado de dirixir as ceremonias que se facían naquel entón, de xeito que non estamos falando de calquer persoa".

Sobre el personaje que apunta estos dos nuevos obispos, su descendiente explica que "era fillo de Pedro Fernández de Villapol, un escribano de Ribadeo e tamén de Mondoñedo. Morreu en Mondoñedo en 1649 e casara con Josefa de Vega. El non se sabe cando naceu. Eran catro irmáns, Pedro, Juan, Gonzalo e Bartolomé, que morreu o 25 de xaneiro de 1691".

Di que foi Bartolomé quen mandou facer un escudo do seu apelido que se pode ver na casa que tiñan na Praza de San Juan e na capela de San Bartolo, que foi mandado facer por seu pai. Ademáis aparece a frase: Bartolomé de Villapol y Vega, solo a Dios, honor y gloria".

COINCIDENCIAS. Bajo su punto de vista, que precisamente él haya sido quien encontrase un libro de un antepasado suyo con una información tan valiosa no puede ser una casualidad e indica que lo que le hace pensar es que "somos fruto dun pasado infinito, camiñando por un inmenso universo como luciérnagas de luz efímera na escuridade da vida humana" y añade que generalmente se busca "a esperanza da luz eterna".

Sobre su trabajo concreto indica que "pasei moitísimas horas traballando, tirando do fío, porque estos temas son moi complexos, as fontes documentais están agochadas e tes que tirarte moitas horas no arquivo de Mondoñedo para poder conseguir unha información que ó mellor puido non saír, pero aquí está e penso que ten que ser tida en conta".

SATISFACCIÓN. Precisamente por ello se muestra particularmente satisfecho de haber conseguido hacerse con una información que es consciente de que "vai ser examinada con lupa, como é normal, pero eu estou convencido do que digo e de que as miñas fontes son correctas".

Comentarios