Lucus Augusti muestra lo peculiar de sus monedas

Estas piezas, los vestigios autóctonos más antiguos de la ciudad, se acuñaban en ristras o a martillo
Caetra
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LA GRAN MAYORÍA de numismáticos e historiadores atribuyen las monedas de la caetra a la ceca de Lucus Augusti. Y hay pruebas de ello. Casi doscientas de estas piezas fueron encontradas en Lugo ciudad, así como dos cospeles (el cospel o flan es el disco de metal, de calidad y peso controlado, sobre el que se estampa la moneda) sin acuñar, que en su momento fueron analizados metalográficamente. Además, parece evidente que si unos flanes se pierden, lo normal es que lo hagan en el mismo taller donde fueron labrados.

Pero la historia no es estática, ya que continuamente aparecen huellas que pueden modificarla. Así, el hallazgo en la actual Braga (Bracara Augusta) de más de cien monedas de la caetra, arroja serios indicios de que se hayan fabricado también en esa ceca. Asimismo, se aprecia una diferencia de estilo entre las forjadas en Lugo y en la localidad portuguesa, aunque son homogéneas entre sí. No obstante, todavía se está a expensas de un estudio pormenorizado para afirmarlo de forma categórica. Las piezas emitidas en los albores de Lucus Augusti, durante las Guerras Cántabras, cuando todavía era un campamento militar romano, fueron sestercios, dupondios, ases y —según algunos autores— sémises. Todos ellos de bronce y de busto esbelto, algo en lo que incidiré más adelante. La finalidad de estas acuñaciones de carácter castrense fue esencialmente pagar a los soldados y el comercio diario —lo que explicaría su dispersión—, sin desdeñar tampoco su función tributaria y propagandística, como enfatiza Segredo San Eustaquio.

DESCENTRADAS Las monedas de la caetra generalmente lo están hacia la derecha y arriba, cortando la leyenda IMP. AVG. DIVI. F. en mayor o menor medida


Estas monedas son una valiosa fuente histórica, tanto por la información que aportan en sus leyendas como por la que omiten. El historiador y numismático lucense Pablo Núñez Meneses, autor del estupendo trabajo 'La moneda lucense de la caetra', afirmó en una entrevista que yo mismo le hice que "sin pretender caer en sensacionalismos, podríamos decir que las monedas de la caetra son los objetos arqueológicos romanos autóctonos más antiguos del noroeste hispano, y por extensión de Lucus Augusti, aunque enfatizando lo de autóctonos".

BUSTO ESBELTO. En las monedas elaboradas en la ceca de Lucus figura el busto del emperador Octavio Augusto fabricado con buen arte y la rodela o caetra estándar, es decir, un escudo en el medio de las piezas con umbo central de pequeñas dimensiones —atravesado por dos lanzas en el caso de los dupondios—; también los pesos y diámetros de cada valor fluctúan poco. En contraposición a estas, encontramos monedas de la caetra de acuñación más tosca y descuidada, como estableció por primera vez L. Villaronga. Los bustos del emperador son heterogéneos y las rodelas, aunque repiten el mismo esquema decorativo que las oficiales, tienen dimensiones mayores y están enmarcadas por dos círculos concéntricos rellenos con líneas en dirección radial, tal y como se puede apreciar en la imagen 3 que acompaña esta información. Estas piezas de busto bárbaro probablemente son de origen multicéntrico y fueron batidas de forma paralela a las oficiales como moneda de compensación. La acuñación de moneda imitativa consentida, que no falsa, fue algo relativamente común en el Bajo Imperio romano. 

MODO DE FABRICACIÓN. Pero volvamos a las piezas de buen arte. Ferrer Sierra, en el magnífico libro coordinado por Rodríguez Colmenero 'Lucus Augusti, el amanecer de una ciudad', fue el que mejor las describió formalmente, advirtiendo que los dupondios y los ases de buen estilo presentaban una forma troncocónica con cantos biselados, esto es, con una superficie mayor que otra, independientemente si se tratara del anverso o del reverso.

Además, señaló que los dupondios y los ases mostraban un extremo prácticamente recto con un pequeño apéndice, por lo que se podría intuir que los cospeles se lograron a partir de flanes fundidos en moldes de tiras o barras unidas por apéndices, que tras derretirse, serían recortados, quedando monetiformes. Este método ahorraba tiempo pero daba monedas descuidadas. Hasta tal punto es así que la tendencia al desplazamiento, quizá por la rapidez de la cuñación, es algo común. Generalmente están descentradas hacia la derecha y arriba, cortando la leyenda IMP. AVG. DIVI.F.

En mayor o menor medida. Núñez Meneses es uno de los investigadores que afirma que a la luz de los hallazgos que hasta ahora se conocen, se utilizó el método de acuñación a martillo para estas series —otras cosa es que estos cospeles se fabricasen por fundición—; a saber, se acuñaban los discos de metal previamente separados. Hay que recordar que en otras cecas se alternó este método con la acuñación de la ristra con cospeles aún unidos para después separarse, como demuestran los hallazgos de algunos ejemplares de otros talleres. Por ejemplo, una ristra de monedas de Itálica (actual término municipal de Santiponce, en Sevilla) de la época de Tiberio, que guarda el Archivo de la Prehistoria Levantina.

COSPELES EN BLANCO Su hallazgo en las entrañas de la ciudad supone una prueba de que Lugo fue la ceca de estas emisiones

Este último método, como ya se apuntó, ahorraba tiempo y permitía la acuñación en caliente. La imagen 1 es un fotomon taje en el que aparece una ristra de monedas de la caetra, con la misma disposición de piezas que la encontrada en Itálica. conclusiones. En la actualidad, no se puede afirmar que en las caetra también se sucedieran ambos métodos de acuñación, en tanto que no existe una ristra tipo caetra acuñada. De encontrarse, la existencia de dos cospeles en blanco tipo caetra esbelta —a los que ya hicimos referencia— no sería disonante, según afirman diversos autores como Cores, Gonzalves, Ripollés y el propio Núñez Meneses.

De hecho, se conoce la alternancia de ambos tipos de elaboración en otras cecas romanas, dentro de un contexto de pruebas técnicas (comprobación de los metales, dureza, etc.), aunque también parece evidente que el marco de las Guerras Cántabras habría dificultado la experimentación en estas series de la caetra. Es indubitable que los nuevos hallazgos e investigaciones aportarán luz sobre estas maravillosas monedas, y aquí estaremos para contarlo.

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