Por mucho que apriete la crisis económica y la falta de financiación de las arcas municipales ocasione serios problemas a los ayuntamientos de la provincia, lo que parece intocable son las tradicionales fiestas de la tercera edad, unos homenajes a los mayores de los municipios que no se caen del calendario festivo. Ayer, les tocó el turno a los colectivos de Palas de Rei y Antas de Ulla, que disfrutaron de un día primaveral e, incluso, demasiado caluroso.
En Antas de Ulla, los autobuses comenzaron, a las once y media de la mañana, a recorrer las distintas parroquias del municipio para recoger a los invitados y trasladarlos a la villa. Participaron, incluso, personas con movilidad reducida que, pese a su estado, no quisieron perderse la jornada.
En la iglesia parroquial de Antas se celebró la tradicional misa solemne y, a continuación, se inició el banquete.