«Cando viñeron os da Xunta, ás once da mañá, aínda estaban quentes», lo que denota que el ataque de los lobos se produjo pocas horas antes, dice el vecino de Vila, en la parroquia xovense de A Rigueira, Alfredo García, propietario de los animales que sufrieron el último encuentro con los cánidos en la comarca, en la madrugada de ayer. Murieron siete en total, dos ovejas y cinco corderos bien criados, que según los cálculos del afectado sumarían un valor de al menos 500 euros.
El afectado dio aviso a la Consellería do Medio Rural para que enviara personal a reconocer el ataque. «Confirmaron que foron lobos», asegura. Y es que las pisadas -de tamaño considerable y uñas marcadas- que quedaban en una zona arenosa de la finca no dejaban lugar a duda, en opinión de los vecinos, que también veían más que claro el modus operandi de las alimañas, por los mordiscos certeros en el cuello de las ovejas.
Se libraron del ataque otras dos ovejas y un carnero, que quedaron en el campo pero que su dueño trasladó a otro terreno más cercano a su vivienda. El afectado desconoce cuántos eran los lobos que asaltaron su finca, pero estima que «dous polo menos si».
Un vecino de más edad reseña que «ata agora non había lobos, pero ultimamente xa os viron máis veces e nunca chegaron tan cerca das casas», comentario que refrenda Alfredo García. «Por aí arriba -en zonas de monte- si que os viron, e un non pensa que poidan vir tan preto das casas, pero xa ves», dice resignado. Apuntan que no hace mucho se produjo otro ataque cerca «e non quedou nada vivo». Este último ha generado alarma entre los propietarios de ganado que pernocta fuera. «Teño un becerro que non se libraría, levareino para cerca da casa», comenta otro vecino.
