Los insurgentes prorrusos solicitan a Moscú un apoyo de mil millones de dólares

Los insurgentes prorrusos tomaron hoy dos unidades militares en la región ucraniana de Lugansk, este, al tiempo que solicitaron a Rusia mil millones de dólares en ayuda ante el bloqueo al que están sometidos por las fuerzas gubernamentales.

"Resumen de la jornada: tomamos dos unidades militares en Lugansk. Derribamos tres helicópteros de las Fuerzas Aéreas. Además, Simiónovka está bajo control de los insurgentes", informó la autoproclamada república separatista de Donetsk en Twitter.

Tras esperar en vano durante tres días la llegada de refuerzos y ante el intenso hostigamiento rebelde, las autoridades decidieron evacuar la estratégica comandancia de la guardia fronteriza situada en la capital de Lugansk, a escasos kilómetros de la frontera con Rusia. "Debido a los reiterados ataques de numerosos grupos de guerrilleros bien armados (...), la comandancia y el puesto de la guardia fronteriza de Lugansk han sido trasladados a lugares más seguros para garantizar la vigilancia de la frontera estatal", señala un comunicado del Servicio de Guardafronteras de Ucrania.

Esto tiene sus peligros, ya que los dirigentes de la república popular de Lugansk han reconocido abiertamente que su intención es liberar la frontera con la Federación Rusa, en la que querrían integrarse. De hecho, según informan las agencias locales, medio centenar de camiones con mercenarios rusos dispuestos a combatir contra Kiev están a punto de cruzar la frontera en Donetsk, epicentro de la sublevación prorrusa.

Mientras, en Lugansk se espera la llegada de nuevos refuerzos del Cáucaso norte ruso y también de efectivos de defensa popular de la península de Crimea, territorio anexionado por Rusia en marzo pasado. A su vez, los milicianos rebeldes tomaron hoy una base de la Guardia Nacional de Ucrania en Lugansk, en un nuevo revés para las fuerzas leales a Kiev.

Las combates que en las últimas 24 horas se han registrado en el norte de Donetsk y Lugansk se han saldado con más de 300 milicianos prorrusos muertos y otros 500 heridos, según aseguró hoy el portavoz de la operación antiterrorista lanzada por Kiev contra los insurgentes, Vladislav Selezniov.

Con todo, los insurgentes únicamente confirmaron hoy la muerte de nueve milicianos en la defensa de Slaviansk, la irreductible plaza fuerte rebelde en Donetsk, donde los separatistas anunciaron la movilización parcial en ayuda del citado bastión prorruso.

Eso sí, los dirigentes separatistas de Donetsk y Lugansk reconocieron los graves problemas económicos y energéticos que aquejan a sus territorios que, de no mediar asistencia exterior, se verán sumidos en una catástrofe humanitaria. Para ello, solicitan a Rusia "un crédito de estabilización", cuyo primer tramo ascendería, "cómo mínimo", a 30.000 millones de rublos (casi mil millones de dólares). Ese dinero sería utilizado por los separatistas para crear un banco central e introducir el rublo como moneda nacional, en sustitución de la grivna ucraniana, como en su momento hizo Crimea. De lo contrario, advierten, se dejarán de pagar los salarios, los subsidios sociales y, "al fin y al cabo, se suspenderán las actividades comerciales y se pasará a una economía de guerra con un sistema de racionamiento".

Según la médico rusa Elizaveta Glinka, miembro del Consejo de Derechos Humanos adscrito al Kremlin, en los hospitales de Donetsk sólo quedan medicinas para tres o cuatro días.

Debido a los combates, la compañía británico-holandesa Royal Dutch Shell anunció la suspensión de sus tareas de exploración de gas de esquisto en el este de Ucrania, concretamente en la región de Járkov, vecina de los polvorines de Donetsk y Lugansk.

Mientras, el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, ha encargado al Consejo de Seguridad y Defensa del país, estudiar la declaración inmediata de la ley marcial en las regiones rebeldes del este rusohablante.

Otras fuentes apuntan a que el presidente electo, Petró Poroshenko, podría declarar el estado de guerra en Donetsk y Lugansk tras su investidura el sábado, para la que recibió hoy un importante espaldarazo por parte del líder de EE UU, Barack Obama.

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