Los institutos dicen que actuarán si identifican a los alumnos

Algunos imponen medidas restrictivas al uso de móviles en los primeros cursos de secundaria

La mayoría de los directores de institutos de la capital aseguran que desconocían las quedadas para pelearse que se han producido en los últimos meses y también coinciden en que, si identificaran a alumnos de sus centros entre los participantes, actuarían de inmediato, aunque no se desarrollen dentro del horario lectivo ni en el recinto escolar. Avisar a las familias y hablar con el menor, además de tratar el tema en tutorías o con los equipos de mediación son algunas de las iniciativas en las que coinciden. Apuntan, también, que los encuentros de estas características se pondrían en conocimiento de la policía inmediatamente.

Algunos sí reconocen que en cursos pasados ha habido casos puntuales en los que se han enterado, a veces a través de padres, que dos alumnos habían quedado para retarse. En estos casos, inmediatamente se ponen los medios para evitarlo, incluso se llama a la policía, y el colegio pone en marcha medidas internas. También hubo una época, hace años, que estudiantes ajenos a un instituto del centro acudían con frecuencia a la salida de clase para buscar pelea con algunos alumnos. Estas prácticas llegaron a tratarse en una reunión en la Subdelegación del Gobierno y se les puso fin gracias a la intervención de la policía y a las medidas internas que puso en marcha el centro afectado.

Para el director del IES Nosa Señora dos Ollos Grandes, las quedadas para pelearse suponen "un fracaso social de convivencia" y requieren "unha profunda reflexión dos sectores implicados: as familias, os centros, asuntos sociais e fiscalía de menores".

Casos como el que evidencian los vídeos que circulan por las redes "hay que cortarlos sí o sí porque se pueden producir lesiones", indica también la directora del Sanxillao, Ángela Doval.

En todos los centros el uso de móviles, que son una herramienta fundamental para su organización y difusión, está controlado. A los alumnos no se les permite utilizarlos en clase, salvo autorización expresa del profesor, y se les informa de que no pueden tomar fotos o difundirlas sin el permiso de la persona fotografiada. También se organizan actividades para informar a los jóvenes y a las familias sobre los riesgos de las redes sociales.

En el IES Lucus Augusti, además, este año han reforzado estas medidas y se ha prohibido a los alumnos de primero y segundo de Eso que lleven móvil al centro, ya que cuentan con aulas Abalar en las que tienen conexión permanente a internet. En general, los padres acogieron la medida favorablemente, y el centro también porque el móvil es una fuente de problemas de convivencia, aunque sea a pequeña escala. "El móvil está presente en muchos roces y eso roba mucho tiempo", apunta el director, José Pedrouzo.

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