La temporada de verano ha empezado ya y los hoteles de la comarca prevén una ocupación menor que la del año pasado. Según transmitieron los establecimientos consultados la crisis marca las reservas, que cada vez se hacen con menos antelación y por menos días.
El mes de junio fue mejor de lo previsto para hoteles como O Cabazo de Ribadeo, que alcanzó un 63 % de ocupación y el hotel O Nordés de Burela, que pese a abrir hace menos de un año consiguió cubrir sus expectativas gracias a estancias de fin de semana y a los campeonatos de fútbol sala disputados en la localidad.
Los hosteleros confían en que lo mejor esté por venir. «El mes de julio se prevé mejor a partir de la segunda quincena de mes, donde las reservas alcanzan ya el 50 %» aseguró José Pérez, del hotel Louzao de Viveiro. Por otra parte, hay fechas que marcan la ocupación hotelera en las diferentes localidades mariñanas. Las fiestas del Carmen en Foz provocan que el hostal O Norte esté ya completo para eses días al igual que ocurre en Burela con la Feira do Bonito.
Aun así, las expectativas para agosto son de momento tímidas porque las reservas se suelen hacer a última hora. «Aínda quedan moitos ocos, a xente tan só chama para preguntar prezos e logo pénsao», dicen. De todas formas, todos recuerdan a los clientes asiduos de todos los años que no abandonan la comarca este verano, ya que hay reservas fijas de un año para el otro.
En los últimos años se incorporó al perfil del visitante el turista extranjero procedente de países europeos como Francia, Holanda, Alemania, Italia y Bélgica, que escoge los meses de mayo y junio para visitar la comarca. Las estancias de fin de semana son las preferidas de parejas procedentes de diferentes puntos de la península, sobre todo de Madrid y de la cornisa Cantábrica. «Las familias con niños optan por estancias más largas, a pesar de que el número de días reservados ha ido a menos con el paso de los años, antes el período escogido rondaba los quince días y en los últimos años se redujo a diez u ocho días», según afirmó David Rivas, el gerente de El Palacio de Cristal de Burela.
Frente a la crisis, los hoteles respondieron de diferentes formas. O Louzao optó por hacer ofertas y descuentos, O Cabazo se inclinó por mantener las tarifas iguales desde los últimos cuatro años aunque el agua, la luz y otros factores que influyen hayan incrementado su precio, según apuntó su gerente, Juan Francisco López, y otros optaron por anunciarse en webs para atraer a diverso público.
