Los guardianes de las rutas del peregrino

La iglesia de Taboada dos Freires (Foto: Toño Parga)
photo_camera La iglesia de Taboada dos Freires (Foto: Toño Parga)

La orden templaria dejó en la provincia de Lugo leyendas como las del Santo Grial de O Cebreiro y un legado histórico vinculado a sus encomiendas de Canabal (Sober), Neira de Cabaleiros (Láncara) y San Fiz do Ermo (Guntín).

Leyenda y realidad se entremezclan en torno a la Orden del Temple, esa milicia de caballeros unidos por una estricta regla monacal, que les obligaba al celibato y la pobreza. «Eran tan espartanos que tiñan prohibidos os xogos, rir ou cazar, algo común na Galicia medieval», comenta el historiador coruñés Carlos Pereira Martínez, uno de los principales investigadores sobre la presencia de estos monjes guerreros en tierras gallegas.

La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo o del Templo de Salomón fue creada en Tierra Santa en 1118, tras la primera Cruzada, por nueve caballeros franceses. Su finalidad era proteger a los peregrinos cristianos y Jerusalén. En los años siguientes se convirtió en guardiana de la cristiandad. Su poder e influencia fue notable en Francia y en la Península Ibérica, especialmente en torno al Camiño Francés a Santiago. Su función consistía tanto en vigilar las rutas de peregrinaje como las de comercio terrestre y marítimo. Como otras órdenes militares, los templarios jugaron un importante papel en la Reconquista. «A guerra co Islam convertiu a Península nun lugar de vangarda», asegura Pereira.

CREENCIAS POPULARES
Del Grial a la matanza de la isla A Coelleira

La custodia del Santo Grial de O Cebreiro y la sugerente historia de los frailes degollados de A Coelleira, en O Vicedo, son dos leyendas vinculadas a la presencia de los templarios. El lugar de Temple, en Padornelo, perteneció a la encomienda de Ponferrada, al igual que la iglesia de Mosteiro, en Cervantes. Sin embargo, «cualquera relación do Grial cos templarios é pura ficción», recalca Pereira.

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