Los expertos y analistas ven a España lejos de un posible rescate

Expertos y analistas descartan que España tenga que pedir ayuda a la Unión Europea y ser objeto de un rescate pese a los elevados niveles en los que se encuentra la prima de riesgo y la rentabilidad del bono español a diez años, dado que el país se financia sin problemas en el mercado de deuda.

La caída en la rentabilidad del bono alemán a diez años, cuyo diferencial con el español del mismo plazo mide la prima de riesgo país, ha disparado hoy el riesgo de España a máximos históricos pese a que el rendimiento del bono español está aún lejos del nivel crítico del 7 %, por encima del cual se aprobaron los rescates de Grecia, Portugal e Irlanda.

Tras comenzar la sesión más allá del 6,5 %, la rentabilidad del bono español a diez años se reducía a media sesión hasta el 6,2 %, en tanto que el rendimiento del bono germano comenzaba la jornada en su mínimo histórico del 1,43 % para subir ligeramente hasta el 1,48%.

La caída del bono germano es consecuencia de las dudas que albergan los inversores sobre cualquier emisión europea que no sea alemana, dudas que han permitido al Tesoro de ese país financiarse incluso con tasas negativas, de modo que los inversores prefieren renunciar a la rentabilidad a cambio de la seguridad de recuperar su dinero.

Las oscilaciones experimentadas hoy en el mercado secundario de deuda provocaban que la prima de riesgo de España alcanzara en los primeros compases de la sesión su nivel máximo desde la creación del euro, 507 puntos básicos, y posteriormente se redujera hasta 477.

EL UMBRAL DEL RESCATE ES DIFÍCIL DE MARCAR
Aunque los analistas son reacios a señalar un umbral a partir del cual la intervención de un país es inevitable, destacan la rentabilidad del bono nacional a diez años como la referencia que hay que tener en cuenta antes que la prima de riesgo, que depende no sólo de las facilidades o dificultades de un Estado para financiarse sino de las oscilaciones del bono germano.

El estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano, asegura que el riesgo de impago de un país y la consiguiente entrada de capital y gestión de la UE no depende tanto del nivel al que se sitúe su prima de riesgo o la rentabilidad de su bono a diez años como de la velocidad a la que se alcance.

Hace un año, la prima de riesgo de España era de 250 puntos, básicos, prácticamente la mitad que hoy, en tanto que la rentabilidad del bono a diez años alcanzaba el 5,2 %, lo que representa un incremento del 20 %, mientras que el bono alemán se ha dividido por dos en doce meses, desde el 3,1 % que marcaba en mayo de 2011.

El problema, añade Campuzano, son las dificultades del país para financiarse, dificultades que no sufre España pese a los mayores intereses que el Tesoro ha tenido que pagar en las últimas emisiones de deuda.

LOS REPUNTES, POCO SIGNIFICATIVOS

Los repuntes, explican los analistas, no son significativos ya que los intereses que se pagan por la deuda están en niveles inferiores a los abonados al cierre de 2011, al tiempo que la demanda de las entidades ha superado en todos los casos con holgura los importes colocados.

No hay argumentos para justificar la intervención de España, asegura Martínez Campuzano, que cree que la irracionalidad del mercado durará "mientras quiera el Banco Central Europeo". En este sentido, el analista de Atlas Capital Ignacio Cantos cree que el organismo europeo tiene que hacer algo, "lo que sea", una nueva inyección de liquidez en el mercado, conocido como Quantitative Easing (QE3), o bien una nueva rebaja de tipos de interés, porque España ha hecho ya "todo lo que le han pedido".

La intervención de Grecia, en mayo de 2010, se produjo cuando la rentabilidad del bono a diez años superaba el 12 % y la prima de riesgo se aproximaba a los 1.000 puntos básicos, y la de Irlanda, con el bono por encima del 9 % y su prima de riesgo en 544 puntos básicos. En mayo de 2011, la prima de riesgo portuguesa alcanzaba 627 puntos básicos, el rendimiento del bono a diez años superaba el 10 % y el país pedía el rescate.

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