Los ecologistas piden al Valedor do Pobo que frene el plan de Iberdrola en el Sil

La fundación para la protección de la naturaleza Germán Estévez ha recurrido al Valedor do Pobo para intentar frenar el proyecto de construcción de una balsa de 35 hectáreas en la Ribeira Sacra, una iniciativa de Iberdrola, denominada Santa Cristina, que tiene como objetivo suministrar agua a una nueva central hidroeléctrica,

Los ecologistas le piden al Valedor do Pobo que redacte un informe jurídico sobre las competencias del Ministerio de Medio Ambiente y de la Xunta de Galicia sobre el lugar en el que se quiere crear ese gran lago, pues consideran que es la Administración gallega la única competente para autorizar la obra civil prevista.

Asimismo, en el escrito registrado en las oficinas del Valedor se explica que las conducciones de tuberías para llenar la laguna «distan doce kilómetros de ella y van a cruzar por fincas privadas cuyos propietarios desconocen a título personal el proyecto de la empresa vasca, un derecho a la información que figura en el artículo 33 de la Constitución Española».

Otras cuestiones que le preocupan a la fundación Germán Estévez tienen que ver con las medidas de seguridad a adoptar durante las obras, así como el grado de humedad, nieblas y riesgo hídrico que puede darse durante los ocho años que se prolongarán los trabajos. Y es que, según dijeron desde este grupo de defensa de la naturaleza, Iberdrola no especifica nada al respecto en su proyecto ni en su estudio de impacto ambiental.

Con todo, los miembros de Germán Estévez no han dudado en calificar la iniciativa de Iberdrola en la Ribeira Sacra como «el Prestige del interior de Galicia por los perjuicios ambientales, patrimoniales y culturales que generaría en caso de llevarse a cabo».

Más alegaciones

La Sociedade Galega de Historia Natural y la Sociedade Galega de Ornitoloxía han presentado una serie de alegaciones de forma conjunta contra el proyecto de Santa Cristina, sumándose a las de otros grupos como Adega o Amigos da Terra y de partidos políticos como el BNG.

Ambas sociedades han concluido que la línea de alta tensión a construir para evacuar la electricidad producida hasta una estación de transformación, que necesitaría 43 torretas de hasta 77 metros de altura para tender el cableado, afectaría al hábitat, de interés comunitario.

En cuanto al número total de alegaciones presentadas, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil dijo desconocerlas al ser un mero transmisor de ellas hacia el Ministerio de Medio Ambiente y por haber otros registros.

SOLUCIÓN

Desplazar la balsa para evitar protestas

Cuando años atrás Iberdrola supo de los impedimentos para llevar adelante su plan, consideró que desplazando la balsa a dos kilómetros de distancia del borde de los cañones del Sil, concretamente hasta la falda del monte de A Meda, donde hay instalados molinos eólicos, no habría inconveniente alguno desde el punto de vista medioambiental para que su obra recibiese todas las bendiciones.

Afectados

La obra de la hidroeléctrica afecta a 222 propiedades de forma permanente y a 34 de forma temporal. Entre las actuaciones más polémicas se encuentra la creación del lago artificial de 35 hectáreas y una central subterránea que ocupará dos cavernas.

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