El rápido avance en el desarrollo y la utilización de vehículos aéreos no tripulados ha hecho que una normativa que solo tiene dos años de antigüedad, la Ley 18/2014, se haya quedado prácticamente obsoleta, por lo que todos los implicados en la evolución de un sector en constante progresión esperan que se apruebe cuanto antes la nueva regulación, para la que ya existe un borrador.
En estos dos años ya se han dado de alta unos 1.800 operadores, tal y como precisó Luis Abelleira Álvarez, responsable de Aerolugo, empresa impulsora de la terceras jornadas sobre drones celebradas entre el viernes y este sábado en el aródromo de Rozas y centradas en las aplicaciones técnicas de estos vehículos no tripulados.
Abelleira aseguró que el sector experimenta un boom, por lo que es imprescindible que exista un marco legal adecuado a las "posibilidades infinitas" que los drones ofrecen, muchas de las cuales se abordan en las charlas, destacando además la importancia que tiene la formación.
El presidente del Real Aero Club de Lugo puso las instalaciones de Castro de Rei a disposición de quien las necesite
De ello también dio cuenta su compañero Álvaro Patiño, instructor del Real Aeroclub de Lugo, quien repasó la normativa existente sobre RPA que, por ejemplo, prohíbe volar en zonas urbanas, y también todos los requisitos necesarios para darse de alta como operador: tener la documentación de la arenoave, manual de operaciones, programa de mantenimiento o contar con un piloto titulado, entre otras.
En lo tocante a las aplicaciones de los drones, la jornada de este sábado incluyó charlas sobre su uso en información geográfica, arqueología, topografía o cultivos, además de abordar la formación de aeromecánicos que se está llevando ya a cabo en el CIFP As Mercedes de Lugo, el trabajo con robots aéreos de la UDC o el trabajo que ya realizan desde Rozas el Inta e Indra.
A este respecto, el presidente del Real Aero Club de Lugo, Luis Abelleira Mayor, recordó que las instalaciones del aeródromo están abiertas para cualquier tipo de colaboración, tal y como ya hacen con el Inta, concretamente con el Ciar (Centro de Investigación Aeronáutica), cuya labor repasó la técnica Neves Seoane, precisando que se trata de un centro ideado para dar apoyo a entidades tanto públicas como privadas en sus proyectos, además de desarrollar sus propias investigaciones.
Y dentro de su actividad, los drones son una parte básica de su trabajo. Cuentan con tres modelos, dos ya operativos, Siva y Alo, y otro en desarrollo, el Milano, de mayores dimensiones —pesa más de una tonelada— y que se testará en Rozas en 2017.
Otro UAV sobre el que ya se trabaja en las instalaciones de Castro de Rei es el Targus, el proyecto de conversión de un avión tripulado en otro opcionalmente no tripulado en el que trabaja de la multinacional Indra y de cuyos avances dio cuenta en las jornadas el gerente comercial de la dirección de vehículos aéreos de Indra, Francisco Javier Barcala.
Con el año 2020 en el horizonte para tener el trabajo finalizado, Barcala recordó algunos de los puntos fuertes de esta areonave, como por ejemplo su facilidad de transporte, ya que puede desplazarse a cualquier punto del mundo volando con un piloto, para luego, ya en su opción no tripulada, usarse en cualquier operación sin poner en riesgo vidas humanas y con un mayor tiempo de autonomía, estimada en torno a las diez horas.
