Los dos primeros albergues privados suman 50 nuevas plazas en el Camino Norte

Castelos abrió en Vilabla en Semana Santa y Witericus lo hará en Guitiriz en unos días
Habitación del albergue Castelos y exterior de Witericus.
photo_camera Habitación del albergue Castelos y exterior de Witericus.

A los tres albergues públicos que tienen a su disposición los peregrinos del Camino Norte a su paso por la comarca chairega se suman ahora dos nuevos establecimientos para pernoctar en Vilalba y Guitiriz, fruto de sendas iniciativas privadas, que suman cerca de 50 nuevas plazas.

La Semana Santa fue la fecha elegida por el empresario vilalbés Paulino González para inaugurar el albergue turístico Castelos, localizado en la Rúa das Pedreiras número 16, cerca del auditorio Carmen Estévez, la iglesia de Santa María, el Parador e incluso el área recreativa de A Magdalena.

Esta proximidad fue la que animó a González, que ya había barajado otras posibilidades para aprovechar el local, a apostar por la puesta en marcha de este albergue en un bajo de su propiedad de 260 metros cuadrados, que hoy cuenta con una recepción, un comedor donde se puede ver la televisión, una cocina equipada también con lavadora y secadora y una habitación comunitaria con 38 camas.

El establecimiento abre de seis de la mañana a once de la noche y dos personas se encargan de atender a los huéspedes. El coste de la estancia es de diez euros por noche, con posibilidad de incluir el desayuno. «Non é só para peregrinos, senón que a nosa idea é ofrecer un aloxamento económico para calquera evento, acontecemento que se celebre na vila, excursións, visitas...», explica Paulino González, que acometió esta obra en los últimos ocho meses, sin ayudas públicas, con una inversión que ronda los 200.000 euros.

Más modesto, pero igualmente nacido de la existencia de una demanda, es el albergue Witericus, que Helena Pais promueve en el lugar de Carballedo, en la parroquia guitiricense de Santa Locaia, donde ya contaba con un punto de atención al peregrino en el que estos podían tomar un tentenpié o solicitar información.

Muchos de ellos le preguntaban si existía la posibilidad de quedarse a dormir, ya que la etapa desde Vilalba a Baamonde es corta, pero desde allí hasta Miraz o Sobrado hay un buen trecho. Su instencia animó a Helena a rehabilitar una antigua edificación de piedra, en la que han diseñado una habitación comunitaria con nueve plazas y baños en un espacio que no llega a los cien metros cuadrados.

«Es pequeño y sencillo», explica Helena, que espera poder inaugurar en unas semanas y ofrecer así este nuevo servicio en los meses de mayor afluencia de peregrinos.

Explica que no tiene un presupuesto cerrado, ya que buena parte de los trabajos los han hecho ellos mismos, y van afrontando los gastos a medida que van surgiendo y se van viendo las necesidades.

Paulino González reformó un bajo que ya tenía para crear el servicio y Helena Pais amplió su punto de atención al peregrino

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