Los cuatro nuevos ediles obligan a remodelar el salón de plenos

Fue concebido en los años 50 y las sillas están talladas a mano con el escudo de Ribadeo
Suárez Barcia, en el salón de sesiones ribadense
photo_camera Suárez Barcia, en el salón de sesiones ribadense

El salón de plenos del consistorio ribadense suele levantar la admiración de quienes lo visitan por primera vez. El paso de trece a diecisiete concejales obligará a su remodelación con la adquisición de nuevas sillas y la ampliación de su mesa. No es un asunto menor porque las sillas fueron talladas a mano en su momento con el escudo del municipio presidiendo el respaldo de cada una de ellas.

El salón de sesiones ribadense es, junto con el de Mondoñedo, el único que queda en la comarca concebido con vocación de conservar la grandilocuencia del espacio en el que se encuentra: el pazo de Ibáñez, un edificio del siglo XVIII construido por Antonio Raimundo Ibáñez, el Marqués de Sargadelos, como residencia particular, y que tras muchos avatares acabó como sede del Concello de la mano del alcalde Pancho Maseda.

En los años 50 se instaló el mobiliario que daba continuidad a lo señorial del entorno.

El ahora ya reelegido alcalde, el nacionalista Fernando Suárez Barcia, explica que es consciente de que será necesario realizar la adquisición del nuevo mobiliario y que se pondrá a ello, pero explica que todavía no sabe cómo lo hará.

«Non se trata de algo tan sinxelo como puidera parecer», explica el regidor ahora en funciones, «porque as cadeiras son moi espectaculares, con tallas únicas e delicadas que agora vai ser complicado, e caro, reproducir». También señala que «non quedarán exactamente igual porque o tapizado vai ser imposible facelo idéntico».

Eso será lo más complejo, porque la mesa que se construya para ampliar el espacio actual cree que será algo mucho más simple.

Las que pasarán a la historia serán unas carpetas de cuero que tiene ahora cada concejal, pero que están ya obsoletas y que no tienen valor alguno ni uso actual.

MODIFICACIONES. Tras la habilitación del salón de sesiones en los años 50 por Pancho Maseda, se fueron realizando modificaciones en el salón de sesiones, muchas en la época del gobierno de Eduardo Gutiérrez.

Este recuerda que en su momento «cambiamos as cortinas polas actuais, porque había unhas vermellas francamente feas». También se colocó, por ejemplo, «un cadro de Suárez Couto que Dionisio Gamallo lle regalou ó Concello, ou un retrado de Camilo Barcia ó carbón regalado por Luis Prieto e pintado polo seu irmán, Benito Prieto».

Asimismo, se repuso una placa de Fernando Miranda, jefe de la milicia que murió en los años 30 o 40 del siglo XIX, que se extraviara y, tras localizarla, volvió a colocarse.

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