Los viticultores de la subzona de Chantada, dentro de la denominación de origen Ribeira Sacra, reclaman que se arbitren medidas para controlar la población de corzos y ciervos que hay en el entorno ya que los animales están arruinando los viñedos porque se comen las cepas que están brotando e impiden que lleguen a producir, con el consiguiente peligro para la cosecha anual.
Los más afectados son propietarios que tienen sus plantaciones en plena ribera del Miño, entre los municipios de Chantada y Carballedo o entre los de O Saviñao y Pantón. En esa zona las parcelas de viñedo están relativamente cercanas al monte y los animales bajan sin mayor problema hasta ellas para alimentarse. Alfonso Regal es uno de los viticultores más perjudicados. Tiene viñas en las poblaciones de Nogueira y Portotide, ambas en el municipio de Chantada, y explica que en el caso de Portotide, el viñedo está completamente arrasado. Allí tiene una viña de reciente plantación de la que sacan entre 2.000 y 3.000 kilos de uvas al año y que esta temporada ya no podrá producir.