Los cabezudos endulzan las fiestas de San Xoán

El industrial chocolatero sarriano Matías López marcó en el siglo XIX todo un hito en la publicidad con el cartel conocido popularmente como 'Los gordos y los flacos', cuyos protagonistas sirven ahora de inspiración para la elaboración de dos nuevos cabezudos para las fiestas de San Xoán. Los personajes están siendo recreados en el taller de la ceramista Verónica Quintela en Manán, en el marco de un convenio entre el Concello y la asociación Crearte, gracias al cual cobraron vida en los últimos cinco años una decena de cabezudos para las patronales.

Según explica la artista, uno de los objetivos a la hora de diseñar nuevas figuras consiste en buscar personajes vinculados con Sarria y su historia. Este año la idea surgió en una conversación entre Verónica Quintela y la concejala de cultura, Mónica López, para quienes la recreación de­ 'Los gordos y los flacos' supone un homenaje a uno de los empresarios chocolateros más importantes de toda Europa.

Y es que la fábrica de Matías López en El Escorial llegó a producir 13.600 kilos diarios y contar con 500 trabajadores, entre quienes implantó medidas sociales pioneras. Fue también un adelantado a su tiempo en el mundo de la publicidad al encargar al ilustrador Francisco Javier Ortego y Vereda un cartel para sus chocolates convertido ya en todo un símbolo.

Quintela eligió el personaje femenino del anuncio para crear dos cabezudos, que representan a la mujer con su delgadez antes de tomar el chocolate y con una imagen oronda y saludable después de ingerir el dulce de Matías López.

Desde hace ya tres semanas trabaja en su taller dando forma a estas figuras con la ayuda de seis personas, entre ellas Martín Vázquez, en un proceso al que pueden sumarse los vecinos que lo deseen llamando al 677.22.94.63.

"É unha idea que me gusta moito porque, ademais, Matías López tivo importancia en Sarria", señaló Quintela, quien recordó que tanto el empresario como otros familiares tienen calles dedicadas y a su persona se debieron edificios como la actual casa de la cultura.

La elaboración de los cabezudos comienza con una estructura de madera rellena de periódicos y con una malla, sobre la cual se moldea con arcilla la forma de la cabeza.

Posteriormente, se coloca escayola para sacar un contramolde al que se aplican tres capas de papel con cola. El último paso es pintar, tarea que corre a cargo de Pedro Quiñoá. Finalizado este proceso, los personajes estarán ya listos para presentarse en sociedad el día del pregón de San Xoán, donde compartirán protagonismo con figuras de años anteriores como el grumete Pedro de Manán o el peregrino Gaucelm de Bezelac.