Los acusados de la caída de una escombrera lo achacan a las lluvias

Aseguran que los ingenieros de la Xunta revisaron toda la cantera, ubicada en Samos, pocos meses antes del desprendimiento y no advirtieron peligro. Dicen que tenían las licencias en regla
Los dos acusados, en la Audiencia Provincial de Lugo
photo_camera Los dos acusados, en la Audiencia Provincial de Lugo

Los dos propietarios de una cantera de Samos en la que se desprendió una escombrera -que afectó al río Castelo en un tramo de unos tres kilómetros y destruyó varios molinos centenarios, un mazo, un puente, presas y caminos vecinales- alegaron este miércoles que tenían licencia para extraer pizarra y achacaron el accidente a las lluvias torrenciales que cayeron en la provincia de Lugo en aquellos días, a finales de noviembre de 2006.

En el transcurso del juicio, que arrancó este miércoles en la Audiencia Provincial de Lugo, José Manuel P.R. explicó que compraron la cantera en el año 1994 y la escombrera ya estaba allí. "Era una escombrera que estaba estabilizada y cubierta de vegetación. Se había creado porque, antiguamente, los vecinos cogían pizarra de la zona para hacer sus viviendas y dejaban allí los desperdicios. Nosotros nunca vertimos allí ni la utilizamos. Teníamos otra escombrera".

Este acusado explicó además que la administración autonómica les aprobaba año tras año el plan de labores de actividades mineras tras revisar sus instalaciones. "Dos o tres meses antes del desprendimiento», dijo, «los ingenieros de la Xunta estuvieron allí y revisaron todo. Nos hicieron algunas prescripciones, sobre señalización de pistas y otras cosas, pero no advirtieron nada sobre esa escombrera".

José Manuel P.R. matizó además que la cantera era anterior a la declaración de la zona como Red Natura. Su socio y también acusado, Raúl S.H. se limitó a explicar que su labor en la empresa era únicamente comercial y que se fiaba de la gestión de su compañero. "Yo compré la empresa con 19 años, vivía en Segovia y me dedicaba a realizar los pedidos y a vender la pizarra. Si mi socio me decía que la cantera tenía todo en regla yo no tenía ningún motivo para desconfiar", dijo.

RED NATURA. Por su parte, tanto el fiscal como la acusación particular mantienen que la cantera -situada en un espacio natural protegido por la Red Natura 2000 y dentro del Lugar de Interés Comunitario (LIC) Ancares-O Courel- carecía de licencia municipal de apertura de la sección C, "y los permisos con los que contaba no le habilitaban para hacerlo en ese espacio natural protegido". Además, no se habían realizado en la explotación pizarrera algunas modificaciones previstas en el plan de restauración de la declaración de impacto ambiental.

En este sentido, los acusados señalaron que no realizaron modificaciones en esa escombrera porque llevaba allí "muchos años" y ellos "jamás" la utilizaran. En la vista oral también declararon este miércoles varios agentes del Seprona que inspeccionaron la zona tras el accidente, quienes señalaron que algunas medidas correctoras, como fijar escombreras, no se habían realizado.

El derrumbe llegó al río y a numerosas fincas adyacentes, arrasando también con árboles, muros existentes en los predios y afectando además a la fauna, puesto que miles de toneladas de escombro de la cantera quedaron depositadas en el lecho del río. El hábitat sufrió una "situación de carácter crítico", por tratarse de lugares de alimentación y refugio de diferentes anfibios y aves ripícolas, en muchos casos incluidos en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

El fiscal solicita penas de cuatro años de cárcel, multas de 21.600 euros e indemnizaciones que superan los 115.000 euros. La acusación particular -ejercida por una decena de vecinos afectados y por la asociación ecologista Adega- eleva la petición a seis años y más de 300.000 euros.

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