Localizan en la escombrera de As Pontes una especie de cernícalo insólita en Galicia

Cernícalo patirrojo, en As Pontes.
photo_camera Cernícalo patirrojo, en As Pontes.

La localidad pontesa recibió estos días una visita «insólita». Un cernícalo patirrojo, conocido también como halcón de patas rojas y cuyo nombre específico es falco vespertinus (en gallego, lagarteiro patirrubio), fue avistado y fotografiado en los terrenos restaurados por Endesa en la escombrera exterior de la mina, en una localización muy apartada de sus rutas migratorias y todavía más alejada de su casa.

Esta especie de ave vive habitualmente en Europa Oriental y en Asia y su avistamiento en Galicia resulta «insólito», aseguran desde Endesa, mientras explican que, según algunos ornitólogos consultados por la empresa, el nuevo visitante de la escombrera podría haberse perdido en su ruta de regreso a casa, tras pasar el invierno en África.

El ejemplar perdido y avistado por personal de Endesa es una hembra joven que, al igual que las demás de su especie, tiene la cabeza y el vientre anaranjados, la cara blanca con bigotes y rayas negras en los ojos, mientras que la espalda y las alas son grises. Los machos se distinguen por tener un color gris azulado, excepto en la parte inferior de la cola y de las patas, que son rojas. Pueden alcanzar una longitud máxima de 30 centímetros.

Pero el cernícalo patirrojo, pese a ser el último visitante de la escombrera, no es el único que ha decidido pasar o quedarse a vivir en las 1.200 hectáreas de terreno que Endesa restauró en As Pontes y que ya se han convertido en un lugar idóneo para la vida salvaje de las más diversas especies animales.

Estudios de científicos y zoólogos de la USC, así como decenas de avistamientos, cifran en cerca de 200 el número de especies de animales vertebrados que viven en este nuevo espacio natural, 172 concretamente, según la publicación ‘Los habitantes de la escombrera’ de Felipe Bárcena, Laura Lagos y Anibal Gil.

172 habitantes

El cernícalo patirrojo es el número 173, ya que hasta el momento habían sido avistados 172 animales vertebrados, entre anfibios (tritones, sapos, ranas), reptiles (lagartos, culebras o víboras), aves (desde garzas y cigüeñas, cisnes y patos, halcones, buitres, águilas, gavilanes, perdices y codornices, gaviotas, cucos, búhos o lechuzas, así como ruiseñores o jilgueros, urracas, estorninos y un largo etcétera), además de los mamíferos (erizos, musarañas, topos, murciélagos, lobos, zorros, nutrias, caballos, jabalíes, ciervos, vacas, ardillas o conejos, entre otros muchos de una larga lista).

Naturaleza viva sobre materiales estériles y cenizas

La escombrera exterior se formó para depositar 720 millones de metros cúbicos de material estéril que envolvían los 261 millones de toneladas de lignito pardo que aportó la mina y que consumió la central térmica de As Pontes, así como grandes cantidades de cenizas resultantes de la combustión. En 1985, Endesa inició un plan de restauración, que finalizó en 2007 para volver a dar vida a este espacio.

600.000 árboles

Endesa realizó unos 6.000 análisis físico-químicos de tierras y aguas, usó más de tres millones de metros cúbicos de tierra vegetal y construyó 67 kilómetros de caminos y 56 de canales para restaurar la zona. Con distintas técnicas creó varios ecosistemas, con zonas de pradera, matorral y zonas húmedas y plantó alrededor de 600.000 árboles.

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