Lo viejo se hace nuevo

La tapería El Convento (Foto: Toño Parga)
photo_camera La tapería El Convento (Foto: Toño Parga)

En el año 1943 abría sus puertas en el Campo de A Compañía de Monforte de Lemos un mítico bar que recibía el nombre de Spórting, era un establecimiento privilegiado por su ubicación y después de unos años a pleno rendimiento cesaba su actividad y las instalaciones se reconvertían en un comercio de menaje para el hogar.

El Spórting quedó en la mente de la mayoría de los vecinos, incluso las generaciones que no llegaron a conocerlo escucharon algunas de las aventuras ocurridas en el local. Así que hace unos meses cuando un empresario de la zona apostó por recuperar el espacio para devolverlo al sector de la hostelería se planteó desde el principio que el nuevo establecimiento debería conservar la esencia del viejo Sporting.

La pasada semana echó a andar la tapería El Convento y muchos de los que se adentraron en el bar para disfrutar de una caña y de su exquisita cocina reconocieron de inmediato la huella del Spórting.

El Convento, que toma su nombre del colegio de los Escolapios al que los vecinos llamaban convento, es un espacio diáfano, amplio y agradable para tomar una tapa o disfrutar del entorno a cualquier hora del día. El recuerdo del Spórting está, entre otros muchos aspectos, en la barra, que es la original del primer bar, el color de las paredes o los marcos de los espejos, para los que se usaron vigas del viejo establecimiento. Está en las puertas, en una original hornacina que en tiempos del Sporting comunicaba la cocina con el bar y por la que se servían las tapas o en algunas de las botellas que forman parte de la decoración del local.

Además, El Convento incorpora elementos nuevos como un raíl de tren bajo la barra, parte del mobiliario o la bóveda central del establecimiento. La tapería fusiona a la perfección los viejo y lo nuevo en la decoración y en la cocina.

De la dirección de los fogones se encarga Manuel Aguayo y su intención es respetar la cocina tradicional gallega, la calidad de sus materias primas y darle un toque nuevo fusionándola con la cocina vasca o japonesa.

Tras una semana con la Tapería El Convento en marcha ya corre el rumor en Monforte de que en el local se puede disfrutar de unos buenos arroces, unos mejillones o unos berberechos exquisitos.

Las tapas y las raciones del local están amparadas por la bodega donde no faltan los vinos de la Ribeira Sacra. Hay caldos para todos los gustos y de diferentes denominaciones pero lo primordial son los vinos de la zona. La oferta se completa con las cañas, los cafés, refrescos o las copas para todo tipo de gustos.

 

Manuel Aguayo / Encargado de la cocina

Manuel Aguayo lleva más de dos décadas en el mundo de la hostelería. Después de trabajar en la cocina de muchos locales de Huesca, el Valle de Arán, la zona de Levante, Ucrania o Italia hizo las maletas para instalarse en Monforte y llevar la cocina de El Convento.

Aguayo reconoce que no conocía Galicia pero que después de una semana tanto él como su familia están encantados con la acogida. «No sé como explicarlo pero la sensación es de que llevas aquí más tiempo, la gente viene a presentarse, es agradecida y muy abierta. Saben que vienes de fuera y se preocupan de si estás cómodo y te acostumbras y eso es muy reconfortante», apunta el cocinero.

La primera grata sorpresa que se llevó fue la del cariño de la gente y la segunda la de la cocina. «No soy ningún experto en la cocina gallega así que apuesto por preparar la comida de aquí aunque con un toque mío y, la verdad, es más fácil de lo que pensaba porque la materia prima gallega es de gran calidad. Sabía que había muy buenos ingredientes porque trabajé con cocineros gallegos pero una cosa es que te lo cuenten y otra que puedas comprobarlo por ti mismo», explica.

En cuanto a la tapería tiene muchos planes. Estos días apuesta por preparar platos gallegos con un estilo propio pero poco a poco juega con las novedades. «Metímos un arroz negro en las tapas el otro día y la gente quedó encantada, así que se trata de ir probando», explica.

El local también sirve pulpo y otros productos de mar y de cara al invierno no descartan ofrecer cenas con una carta especial.

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«La calidad de las materias primas gallegas es impresionante y potencia mucho la cocina»

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