PERFIL. José Durán, un hombre de club

José Durán sabía cuando Saqués lo fichó para dirigir a los juveniles que podía ser reclamado para una urgencia en el primer equipo. El técnico ya dirigió al Lugo en la temporada 2003-2004
José Durán dialoga con el expresidente Eliseo Corral durante su anterior etapa como técnico del Lugo
photo_camera José Durán dialoga con el expresidente Eliseo Corral durante su anterior etapa como técnico del Lugo

Un hombre de la casa. Un hombre de club. José Durán cumple a la perfección el perfil que los clubes de fútbol suelen reclamar cuando se producen crisis inesperadas, repentinas, en los banquillos. Durán, auténtico apasionado de la preparación física y empresario de éxito en el sector de los gimnasios, sabía a lo que venía cuando regresó al Lugo el pasado verano de la mano de Tino Saqués. Al frente del equipo de División de Honor juvenil, donde ha desempeñado un digno papel, Durán tenía claro, porque así se lo había hecho saber el presidente, que sería su hombre de confianza para un eventual relevo al frente del primer equipo del Lugo.

Dicho y hecho. Luis Milla dimitía como técnico rojiblanco en la noche del pasado miércoles y pocas horas después Durán era reclamado para darle el relevo. Y ahí estará, si los resultados no le dan la espalda, hasta el mes de junio por lo menos. El objetivo es claro: evitar que el Lugo caiga en el descenso, posiciones sobre las que tiene una holgada ventaja de diez puntos en este momento, aunque en dieciséis jornadas puede pasar todavía de todo.

José Durán regresa a un banquillo que no le es desconocido. El técnico lucense ya dirigió al Lugo en una de las épocas más duras del equipo en su historia reciente, durante la travesía del desierto que supusieron las tres temporadas en la Tercera División gallega, a la que el Lugo cayó tras una infausta temporada 2002-2003 y que estuvo a punto de costarle la desaparición.

Técnico y empresario. José Durán ha trabajado como técnico y preparador físico y triunfa como empresario

Durán se hizo con las riendas del Lugo en las Navidades del año 2003, tras la marcha de Quique Prado, y lo llevó hasta el verano de 2004 sin mayores alardes. El Lugo no pudo alcanzar la promoción de ascenso. Quedaban aún dos años para la noche feliz de Segovia.

Concluida aquella campaña, Durán fue relevado en el banquillo por Carlos Ballesta, que encabezó el primer proyecto del entonces nuevo presidente rojiblanco, José Bouso. Empezó ahí el lucense un largo periplo por los banquillos de la provincia. Castro, Viveiro y Foz conocen bien las artes de Durán en el banquillo, que paralelamente ejerció como preparador físico del Porta XI Ensino y de la selección española femenina de baloncesto en varias categorías, incluida la sénior.

Al mismo tiempo, el inquieto Durán se introducía en el sector de los gimnasios -posee tres en Lugo y uno en Ourense-, su mayor pasión, y que le ha permitido convertirse en un empresario de éxito. Y también se acercó progresivamente al círculo de confianza de Tino Saqués, que no dudó en llevárselo al club cuando adquirió las acciones puestas a la venta por el Concello de Lugo y la Diputación.

Durán llega, pues, al Lugo libre de presión y consciente de que acude en su socorro en un momento complicado tras la dimisión de Luis Milla. Apasionado como es de la preparación física, su círculo más próximo asegura que ese va a ser uno de los puntos esenciales de su trabajo con la plantilla, un aspecto donde, dicen, hay un gran margen de mejora.

Otra de las misiones de José Durán será imponer un estilo más ofensivo que el del turolense. Para el nuevo técnico rojiblanco parece innegociable jugar con Caballero y Pereira en punta e Iriome como escudero de ambos. La suya es una apuesta arriesgada. Como la de Saqués. Todos se juegan mucho. El presidente, el primero.

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