su abuela era natural de la parroquia ribadense de Ove, y por eso la familia del pianista Leopoldo Erice venía cada año, sobre todo en verano, a Ribadeo. Tan enamorado quedó de esta tierra mariñana, adonde regresan en cada estío sus primos y tíos, que le dedicó el mayor regalo que podía tributarle: crear -hace ya ocho años- un festival internacional de música clásica, que terminó el pasado viernes tras cosechar un nuevo éxito de público. Tras cargar las pilas en el entorno de la ría, el músico regresará en breve a su residencia habitual, en los Emiratos Árabes.
Lleva tres años en Dubai, ¿también allí se nota la crisis económica?
Sí, hay crisis. De hecho, cuando me contrató la Universidad Americada de Sharjah, se contemplaba el desarrollo de un ambicioso programa de artes escénicas que aún no hemos podido llevar a cabo, por falta de fondos. Allí imparto clases de piano para una treintena de alumnas y alumnos universitarios, de entre 18 y 23 años de edad. Y es que allí, de momento, no hay estudios de grado de música.
¿Cuáles son las principales similitudes y diferencias que encuentra con respecto a España?
Me llena la conexión de la música árabe y el flamenco. La llamada a la oración del muecín desde la mezquita, si la sacas de contexto y le das una guitarra, se asemeja al cante jondo, por la similitud de las cadencias. También es curiosa la conexión lingüística, en palabras como alubias y camisa -que se pronuncia parecido a ‘aljamís’-.
