El bufón italiano Leo Bassi se plantó hoy ante la casa consistorial de Santiago mientras el alcalde, Gerardo Conde Roa, anunciaba su dimisión, con un letrero con la inscripción "Veni vidi vinci".
Bassi mantuvo estos días una polémica con el alcalde cuando hubo de trasladar su espectáculo de la sala Principal, "por coincidencia de fechas con otra programación", dijo entonces el regidor, que finalmente se celebró el pasado jueves en la Universidad.
En declaraciones a Efe, dijo que "un poco sí" venía a celebrar la dimisión de Conde Roa y reconoció también "una cierta idea de venganza", pero añadió que "hay otro nivel" que calificó de "farsa" en el que se preguntó cuántos constructores hay en España que no han pagado el IVA y "deben millones y millones".
También expresó su esperanza de que el caso de Santiago "pueda servir como ejemplo a otros alcaldes y otras situaciones" en las que "se pongan contra los bufones, porque el dios de los bufones es extremadamente poderoso".
Por eso, advirtió que deben tener "cuidado con la censura, porque el dios de los bufones -insistió- es el dios de la libertad de expresión".
Bassi reconoció que el caso de Silvio Berlusconi le ha costado "18 años" al dios de los bufones, pero señaló que "hace solo cuatro días" le había puesto una vela por el caso compostelano "y su respuesta fue fulminante", debido quizás "al aire fresco del Atlántico".
Auguró que, "después de haber demostrado mis poderes", dijo, recibirá ofertas de otras ciudades para "resolver sus problemas". "Me ofrezco y mi dios también está muy dispuesto", concluyó.
