''Le pude dejar una hermosa familia''

ORIGEN. Los hijos de Urbano en A Fonsagrada: Los hijos de Urbano López Fernández -Rodolfo López Luppo y Mariana López Luppo- delante de la casa consistorial de A Fonsagrada, en una visita que efectuaron en 2001. En la aldea de As Cancelas carecen de
photo_camera ORIGEN. Los hijos de Urbano en A Fonsagrada: Los hijos de Urbano López Fernández -Rodolfo López Luppo y Mariana López Luppo- delante de la casa consistorial de A Fonsagrada, en una visita que efectuaron en 2001. En la aldea de As Cancelas carecen de

La dictadura de Videla en Argentina segó la vida del fonsagradino Urbano López en 1976. Su cadáver acaba de ser identificado y es la segunda víctima española de la represión argentina reconocida. Murió sin saber que su esposa esperaba su segundo hijo. Ella y su hija evocan a un hombre «comprometido con sus ideales».

El bebé lisa lloró para anunciar que la sangre del fonsagradino Urbano López Fernández se perpetuaba. Es su nieta, hija de la primogénita del represaliado por la dictadura militar de Videla en Argentina. La pequeña nació hace semanas, justo cuando la madre conoció que el cadáver de su padre había sido identificado al fin, 35 años después de su desaparición.

Lisa es la niña de Mariana López Luppo, la hija del fonsagradino Urbano López, cuyo padre fue detenido cuando ella tenía 11 meses. El círculo se completa: el niño huérfano de As Cancelas, en A Fonsagrada, llevado a la emigración por su madre Rosario, tiene su merecida sepultura de ser humano y su ADN sigue vivo.

Su viuda María del Carmen Luppo, de 63 años, que participó con él en la lucha social, recuerda con una voz serena su historia de pérdida, silencio y tristeza durante 35 años: «Mi gran satisfacción es que le pude dejar una hermosa familia. Logré sacarla adelante y conseguir que sus hijos le quieran como si él estuviese presente».

«Estoy orgullosa de poder criar a Rodolfo -el niño que llevaba en su vientre cuando detuvieron a su marido- y de que, junto a su hermana, sean personas de bien», dice Carmen Lupo, una madre que sacó adelante a su familia pese a ser perseguida por la dictadura militar. Ella transmitió a sus hijos, Mariana y Rodolfo, los valores de su padre, «sus principios, honestidad y laboriosidad».

Cuando el Equipo de Antropología de Argentina identificó, gracias al ADN, el cadáver de su marido en una fosa individual, su esposa respiró al fin tranquila: «Sentí un gran alivió, porque me había pasado 35 años pensando cómo había sido su muerte».

Un sentimiento similar albergó su hija Mariana López Luppo: «Los milagros existen. Tengo un peso menos y se cierra un ciclo».

«Fue algo muy fuerte, impactante, supimos algo de cómo murió, de que había sido enterrado en una fosa única, es decir, su cuerpo estaba cuidado sin que se mezclasen los restos con el de otros represaliados», apunta la hija.

El fonsagradino de As Cancelas emigró a Argentina con dos años. En A Fonsagrada solo tiene familiares de tercera generación y su casa natal está derruida. Sus otros vínculos de linaje están en Santa Eulalia de Oscos (Asturias), de donde fue su padre adoptivo, y donde conserva primos.

La madre de Urbano lo sacó adelante trabajando en la limpieza de una fábrica química. El emigrante de A Montaña se afilió de joven a las Juventudes Peronistas y trabajó para dotar de agua a barrios pobres, en la alfabetización y en la catequesis de desfavorecidos. En el grupo parroquial de acción católica, vinculado con ideas de izquierdas, conoció a su futura mujer.

Su viuda lo define como una persona muy comprometida: «No podía desarrollarse y sentirse feliz si había pobreza y diferencias sociales a su alrededor».

«Quería hacer algo -continúa María del Carmen Luppo- y no decirlo. Ansiaba ayudar a sus semejantes en lo que podía».

El fonsagradino Urbano López Fernández estudió Ciencias Económicas y lo dejó para formarse en asistencia social.

La viuda Carmen Luppo lo considera un hombre valiente y fiel a sus valores: «Él hizo todo lo que pudo convencido de que estaba bien. Nunca pensó en exiliarse. Asumió lo que creía hasta las últimas consecuencias».

Secuestro

Los militares de Videla lo asesinaron cuando tenía 28 años, después de secuestrarlo en la casa donde se ocultaba y donde, por suerte, no se encontraban entonces su mujer y su niña.

La hija de Urbano López Fernández, Mariana, vive en Barcelona, donde está casada. Su madre María del Carmen y su hijo Rodolfo residen en Argentina. María del Carmen está ahora en la ciudad condal ayudando a su hija en el cuidado de Lisa, la nieta del represaliado que salió a la luz solo cuando su abuelo halló la paz.

La última visita de la familia del represaliado a A Fonsagrada fue en el año 2001. El alcalde tiene vínculos lejanos con ellos.

EN EL RECUERDO
Homenaje previsto en Argentina

La familia de Urbano López le hará un homenaje en Argentina en el barrio donde vivió y en el que desarrolló su labor social, Villa Bosch.

Cadáver custodiado

El cadáver de Urbano López, sin reconocer, fue exhumado del cementerio donde estaba en 1984, al finalizar la dictadura de Videla, por el Equipo de Antropología Forense de Argentina. Estuvo custodiado 25 años por el juzgado antes de que le pudieran practicar las pruebas de ADN, por falta de medios.La embajada española en Buenos Aires celebró un acto recientemente para dar a conocer su identificación.

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