'Lástima de bois!'


SÁBADO
Ayer, víspera de Día das Letras Galegas, recibí el número 199 de la revista Amencer, que el Real Seminario Conciliar de Santa Catalina, de Mondoñedo, lleva editando desde hace 26 años. Haciéndose eco de opiniones muy reiteradas, vuelve a recordar los méritos que asisten a Crecente Vega, a Díaz Castro y a la llamada Escola poética do Seminario de Mondoñedo para que les sean dedicados próximos Días das Letras Galegas. Con Crecente y Díaz Castro, la cosa parece fácil. Con la Escola poética, no tanto. En la misma revista, el propio presidente de la Academia, Xosé Ramón Barreiro, lo reconoce al explicar que el Día das Letras Galegas suele dedicarse a un persona y no a grupos o generaciones. Pero hace todavía pocos años, con los trovadores del mar de Vigo se hizo una excepción. Valdría la pena en estudir la posibilidad que patrocinan los redactores de Amencer. Base en la que sustentarse la hay, y bien solvente: el libro de Félix Villares Os poetas do Seminario de Mondoñedo, publicado por la Diputación de Lugo hace algunos años. 

LUNES
Empieza mal la semana. Se amontonan noticias dolorosas, esas que nunca quisiéranos recibir: las que impone inexorablemente la muerte de personas próximas. Mi viejo amigo Arturo de la Vega, Luis Pérez Castro, el padre Victoriano de Samos.

Luis Carlos Pérez Castro era de Monforte de Lemos. Investigador, destacadísimo, del antiguo Instituto de Filología, que ahora se llama Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo, así de largo. Era secretario de la revista Emérita, la publicación decana de la Filogía Clásica española. Estaba preparando una edición crítica de Tácito, con destino a la colección Alma Mater, la más importante de clásicos grecolatinos que existe en España. Alguien la completará. Queda, como ejemplo de su rigor, la espléndida edición de la Vida de Merlín, del clérigo medieval Geoffrey de Monmouth, publicada por Siruela. 

Ayer falleció en Samos el padre Victoriano. Creo que era el decano de los monjes benedictinos españoles. Había cumplido 97 años de edad. La última vez que lo vi fue en el entierro del padre Pedro de la Portilla, el penúltimo prior de la abadía de San Julián. El padre Victoriano, que había sido prior de Samos y superior de San Vicente del Pino, en Monforte,  tenía mucho prestigio como historiador de la orden benedictina. Yo creo que a él y al padre Maximino se le deben los trabajos más concienzudos sobre los orígenes y vicisitudes de los monjes de San Benito en nuestra provincia. Muchos de estos trabajos están dispersos en publicaciones no demasiado accesibles. A lo mejor había que pensar en reaunirlos y reeditarlos. 

MARTES
Me enteran de que este año no habrá corrida de toros en el San Juan de Sarria. Allá cada cual con sus gustos, pero yo concuerdo con el del paisano de la estampa de Castelao: "¡Lástima de bois!".

Las gentes de mi generación recordamos las corridas de toros que en agosto se celebraban en la plaza de Miramar, en Ribadeo, asomada a la ría, detrás de Aduanas. Entonces, todo eso del ecologismo, los derechos de los animales  y las crueldades innecesarias, que ahora, afortunadamente, forma parte de las normas elementales de conducta en cualquier país civilizado, no sonaba ni de lejos. En consecuencia, aquellos festivales taurinos, a medio camino entre la becerrada y la charlotada, tenían mucho éxito. Y eso que la afición ribadense a los toros siempre fue escasa, de entidad meramente anecdótica. Cuando hace ahora 90 años cayó por allí Eugenio Noel, el popular escritor antitaurino y antiflamenquista a quien con cierta frecuencia zurraban la badana por los pueblos de España adelante, los jóvenes ribadenses lo recibieron casi con honores de héroe. Había pronunciado una conferencia en La Tertulia (sin abreviar, La Tertulia de la Confianza), una sociedad de comerciantes y profesionales muy activa, y otra en el Teatro, con pase por taquilla. En alguna medida, Eugenio Noel fue, mutatis mutandis, el pionero de tantos y tantos ecologistas que hoy piden que la llamada Fiesta Nacional sea prohibida en España.


JUEVES
Ayer se abarrotó el salón del Círculo para escuchar a Paco Vázquez, ex alcalde de A Coruña y ahora embajador de España cerca de la Santa Sede. Ya había estado a punto de venir en Lugo hace un par de meses, como pregonero de la Semana Santa, pero, por lo visto, algún directivo ultrérrimo de la Junta de Cofradías lo vetó con el argumento de que era masón. ¡Vade retro! (Foto: PEPE ÁLVEZ).

VIERNES
Los socialistas gallegos (mejor: los afiliados al PSdeG) ultiman los preparativos de su congreso, del que, dicen, saldrán las líneas estratégicas que en la próxima legislatura autonómica les permitirá gobernar en solitario, esto es, sin coalición con el BNG. Por optimismo, que no quede.  

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