Rubén Vázquez, anfitrión en Lugo: "Compensa más que un alquiler normal y aporta a nivel humano"

Las viviendas turísticas en Lugo crecen ante la falta de plazas hoteleras

La plataforma Airbnb incorporó 18 en las últimas semanas y suma casi 100 en Lugo
Turistas en la muralla este verano
photo_camera Turistas en la muralla este verano

Así es el turismo en la era de Airbnb. La clásica reserva por teléfono ha dado paso al 'clic' por internet. Las cinco estrellas que garantizaban la calidad de los establecimientos ahora distinguen al 'superhost', al 'súper anfitrión' que recibe a los turistas en una casa de su propiedad o en su vivienda habitual.

Lugo cuenta ya con más de cien viviendas de uso turístico anunciadas en las plataformas principales, la gran parte de ellas incluidas en Airbnb y localizadas, sobre todo, en el centro de la ciudad. En las últimas semanas un total de 18 se sumaron a la oferta, y algunas ya tienen completo el mes de agosto, y reservas en septiembre y San Froilán. Los turistas acuden a ellas también ante la falta de alojamiento hotelero, pero no solo.

Los beneficios, tanto para propietarios como para visitantes –anfitriones y huéspedes, en la terminología que utiliza la plataforma–, justifican su proliferación. Para los primeros, Airbnb lo advierte en la propia página: un particular puede ganar 275 euros de media semanal si alquila un apartamento entero en Lugo, 184 si alquila una habitación doble y 122 si se trata de una individual. Para los segundos, supone un ahorro importante para el bolsillo. Desde 13 euros, el visitante podría disfrutar de una habitación privada, y desde 40, de un apartamento, con importes que pueden variar y que decide el anfitrión.

La página permite ver fotos del apartamento o habitación, contactar con el anfitrión, cancelar sin cargos la reserva hasta 24 horas antes, y lo que es más importante, hacer pública la experiencia de la visita en los comentarios. Así, los usuarios valoran aspectos como la limpieza, la situación, el desayuno, pero también el trato recibido por sus 'anfitriones'. Y es que en muchos casos, los viajeros entran literalmente en la casa de sus huéspedes, que no solamente les aportan un lugar donde dormir, sino que son los guías próximos en su estancia

¿TURISMO COLABORATIVO? Los cambios que ha generado Airbnb en muchas ciudades plantean la cuestión de hasta dónde es colaborativo el turismo colaborativo. El hecho de que para muchos propietarios sea más rentable incluir su piso en una plataforma que arrendarlo de forma convencional ha subido el precio de alquileres en distintos sitios, donde solo pueden vivir personas con alto nivel adquisitivo. Es el caso de Barcelona o Lisboa, donde incluso los vecinos históricos se han visto obligados a marchar al no poder asumir las nuevas rentas, en un fenómeno denominado 'gentrificación'. En Lugo, de momento, el alquiler turístico no supone una problemática en este sentido.

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