Las reclamaciones por la facturación eléctrica se redujeron el pasado año

El número de reclamaciones presentadas por los mariñanos ante el servicio provincial de Consumo de la Consellería de Economía e Industria por facturación incorrecta de la electricidad por parte de las empresas suministradoras experimentó un acusado descenso durante el último ejercicio 2010 al situarse en tan solo 162 frente a las 620 registradas el año anterior.

Los datos suponen un cambio de tendencia, lo que indica que finalizó el aluvión de quejas contabilizadas en 2009 por el cambio de facturación, es decir, el paso de los recibos bimensuales a los mensuales, así como la incidencia que tuvo la supresión de la anterior tarifa nocturna.

La mayor parte de las reclamaciones se refieren a la forma de facturación, sobre la que existe una importante cifra de clientes disconformes. Lo más sangrante para los mariñanos es la acumulación de una serie de meses, entre seis y más, sin recibir ningún recibo de la luz, lo que origina facturas por cantidades muy elevadas que desajustan las ya de por sí maltrechas economías familiares.

La facturación de varios meses juntos puede provocar también que el usuario supere el límite de consumo a partir del cual se le imponen penalizaciones, pero aún no se produjo ninguna queja por eso en la comarca. Además, supone un incumplimiento del contrato fijado con la compañía suministradora, según el responsable de la Oficina Municipal de Información al Consumidor (Omic) de Ribadeo, Alberto Moledo.

Las oficinas municipales comunican las reclamaciones a las empresas y a la Consellería de Industria, aunque en el caso de Ribadeo, algunos afectados también solicitaron que las mismas se tramiten ante el Valedor do Pobo.

Sin cortes
La devolución de un recibo supone un tiempo de espera hasta que la compañía efectúa una revisión de la situación en que se encuentra el cliente. En este caso, un buen número de mariñanos opta por tramitar su reclamación ante Consumo, dado que mientras que la factura esté pendiente de resolución, la compañía no puede cortar el suministro energético, según la responsable de la Omic vivariense, Guadalupe López Lamelas.

  

Ejemplos

 «Industria debe tirar de las orejas a las empresas»

Alberto Moledo, Omic de Ribadeo
El responsable de la Omic ribadense cree que la única solución es que la Consellería de Industria, que es el organismo que tiene competencias, «tire de las orejas a las empresas o que las sancione, porque desde las oficinas del consumidor solo podemos tramitar las quejas que nos presentan los usuarios». De momento, no consta que el departamento autonómico impusiese ninguna multa ni que realizase ninguna advertencia por reclamaciones efectuadas por mariñanos, según confirmó este periódico.

Para Alberto Moledo si se hubiese adoptado alguna medida, las protestas no continuarían. De hecho, el malestar continúa y solo en el primer bimestre del año en curso ya se presentaron 90 reclamaciones en Ribadeo. En el ejercicio 201 de personas que se consideran afectadas por anomalías en la facturación.

El técnico ribadense relata que acaba de pasar por la Omic una mujer, con una pensión de 400 euros, a la que le cargaron tres facturas juntas por un importe total de 800 euros. Esto ocurrió a pesar de que la señora llamó de manera reiterada a la compañía Eon, que le presta el servicio, para solicitar las facturas a fin de que no le llegasen agrupadas, pero la empresa hizo caso omiso a las demandas de la vecina.

Las respuestas ofrecidas hasta ahora por las firmas ante las demandas planteadas por el Valedor do Pobo respecto a las quejas de los ribadenses aluden en exclusiva a la existencia de errores informáticos, como posibles causantes de unos desajustes en la facturación que persisten pese a las quejas.

"Se recibieron facturas erróneas de 3.000 euros''

Guadalupe López Lamelas, Omic de Viveiro

La responsable de la Omic de Viveiro manifiesta que en el municipio se registra un goteo diario de quejas. Los clientes están en desacuerdo. De hecho, algunas empresas ya volvieron a enviar los recibos cada dos meses, dado que es con esa periodicidad con la que revisan los contadores. Guadalupe López Lamelas recomienda que los usuarios lleven un control de esos aparatos. La vigilancia es fundamental, puesto que algunos vivarienses recibieron facturas erróneas por 1.000 y hasta 3.000 euros.

Las lecturas estimadas son las causantes de buena parte de las reclamaciones que se efectúan. El problema radica en que el decreto publicado por el Gobierno central, cuando liberalizó el mercado, permite ese tipo de actuaciones irregulares.

La mayoría de los mariñanos continúan con la tarifa de último recurso, cuya subida regula el Estado en función de unos parámetros, que incluyen el mantenimiento de las infraestructuras para prestar el servicio.

Las personas que tienen interés en pasarse al mercado libre deben estudiar con detalle las ofertas y leerse la letra pequeña de los contratos. Las compañías eléctrica funcionan de modo similar a las de telefonía, con la exigencia mínima de un año de permanencia. En este caso, el cliente debe obtener garantías de que se le mantendrá el precio por ese plazo, «de lo contrario estás vendido».

Los colectivos desfavorecidos pueden beneficiarse del llamado bono social, que permite la congelación del precio de la luz durante un año o dos.

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