La ostra fue la tabla de salvación para las mariscadoras de O Vicedo en el año 2011. En total, las veinte trabajadoras capturaron 41.000 kilos de otra, que se vendió la unidad a 1,20 euros. «Gracias a la ostra sacamos el año adelante», dice Faustina Solloso, patrona mayor de la cofradía de pescadores de O Vicedo.
La mayor parte de las ostras que capturan van directamente a una depuradora a Vigo, ya que evitan pasar por intermediarios, y según asegura Solloso, la mayor parte marcha, después, para Barcelona o Madrid. Aquí, en la comarca, no hay gran tradición de comer ostras. No es muy habitual ver en los restaurante, en sus cartas, este molusco. «Aquí se tiende más a otro tipo de marisco, como el centollo, el langostino, el percebe...» afirma Solloso. En cambio, por las Rías Bajas, es muy apreciado este bivalvo.
La ostra se empezó a trabajar en O Vicedo en noviembre de 2010. Hicieron un planteamiento claro: no tenían a qué ir a mariscar. «Entonces, era muy difícil sobrevivir», dice Solloso. Entonces, fue cuando encontraron en la ostra una tabla de salvación para el año 2011 que se les ha dado muy bien. La predicción era que podían capturar cerca de 40 toneladas de ostra y el final superaron esa cifra.
En cambio, otro marisco más tradicional, como la almeja o la coquina, apenas se han cogido 200 ó 300 kilos el año pasado. Los sitios donde las mariscadoras capturan este molusco son Moledos, a lo largo del río Sor y sobre todo en Villabril.
El año 2011 fue un año duro para Faustina Solloso. Un año para reinventarse, porque no quiere pensar qué hubiera sucedido sino hubiera aparecido la ostra. Pero esta cofradía, que dispone de ocho barcos de artes tradicionales y veinte mariscadoras, sigue teniendo buena salud, de lo que habla que no tienen deudas. Y eso, en estos tiempos, es mucho decir.
