suena a tópico pero, en su caso, dicen que es toda una realidad. África marcó sus vidas y para bien. Todos ellos, misioneros, son de origen lucense, pero dedicaron años de entrega no solo a Dios, porque todos son religiosos, sino también al pueblo africano. Camerún, Mozambique, la República Democrática del Congo, Zaire y Marruecos son algunos de los destinos de los últimos misioneros lucenses en este continente. Hasta hace poco, las Obras Misionales Pontificias contabilizaban ocho misioneros lucenses con destino en África. Ahora, de estos, solo quedan tres, destinados en Marruecos, Mozambique y Camerún.
Allí, en Camerún, está una monja de San Vicente de Coeo, la hermana Adelaida López Quintela, misionera de la orden del Divino Maestro. Esta mujer, a sus 73 años, todavía no se plantea venirse definitivamente a España y dejar la misión, pese a la edad y pese a la amenaza del ébola, que todavía ve lejana.
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