Las finalidades de los radares

EL MOTIVO más importante para reducir el margen por el que un radar de control de tráfico se dispara por exceso de velocidad es recaudatorio, en opinión del presidente de Automovilistas Europeos Asociados. Es una opinión que será ampliamente compartida por los automovilistas. También podría ser una preparación para la reducción de los límites de velocidad que se preparan por Tráfico y que se aprobarán este año. Los controles de velocidad han contribuido y contribuyen a la seguridad en las carreteras y a reducir víctimas.Pero al mismo tiempo es razonable la sospecha de que un altísimo porcentaje de radares están colocados con afanes exclusivamente recaudatorios. Las leyes son para cumplir, obviamente. Un radar colocado a la misma altura de la señal de inicio de una limitación no se va a entender por una lógica de seguridad. La DGT no informó de estos cambios, aunque el argumento de respuesta ya se sabe: no hay cambios en la legislación, se aplica. Al objetivo de la seguridad nada hay que objetar, pero sí a la práctica, bajo ese pretexto, de sumar el radar y sus multas a la alta fiscalidad que ya tiene el coche directamente, en los impuestos anuales, en los carburantes, en el aparcamiento en las calles de las ciudades - en este caso, bajo el pretexto de facilitar el aparcamiento se extendió el recaudar- o en los peajes para beneficio de concesionarias privadas.

Seguridad en el Camino

Sobre la seguridad para los peregrinos en el Camino de Santiago no debe haber dudas. El goteo de noticias con sucesos de robos y otros problemas, que no son significativos, pueden no obstante hacer mucho daño a la imagen de esta importante fuente de recursos económicos. A estas alturas de septiembre sigue habiendo una riada humana en el Camino Francés.

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