Las comidas renacentistas llenan las calles de Viveiro

Cada año más personas se reúnen en las calles del casco histórico de la ciudad en el Mercado Renacentista ►La caracterización también va en aumento, con trajes confeccionados para la ocasión o bien comprados o alquilados

El Arde Lucus no es la única fiesta de recreación histórica del fin de semana en la provincia. La ciudad de Viveiro celebra la décima edición de la Feira Renacentista, que vio su jornada central, con las típicas comidas en las calles del centro, que este año sumaron más de 1.000 comensales.

Pocas eran las calles del caso histórico vivariense que no albergaron una de las numerosas mesas que fueron colocadas para el disfrute culinario de los vecinos y vecinas, además de las personas llegadas desde otros puntos de la península. El Concello presta cada año tableros y sillas a todo aquel que lo solicite y este año no han podido satisfacer a todo el mundo por la amplia demanda existente. Además de las comidas organizadas por particulares, son muchos los establecimientos hosteleros que ofrecieron un menú muy elaborado. Algunos superaron las 350 personas sentadas a la mesa y tenían realizadas reservas "dende fai arredor de dous meses" como señaló Marcos Cora, copropietario de uno de los locales con mayor demanda de emplatamiento.

Las personas que se juntan alrededor de las mesas coinciden en señalar que es una ocasión única "para hacer comunidad"



El factor climatológico, siempre cuestionado en A Mariña, ayudó en esta ocasión a que la fiesta transcurriese con buen ambiente, al ser una jornada soleada y sin excesivo calor. La comunidad local hizo el resto. Como apuntaron muchas personas, "cada vez hai máis xente implicada" en la fiesta, lo que se nota al observar que cada año son más los participantes vestidos con trajes inspirados en la época renacentista. Algunos de ellos son manufacturados personalmente, en tanto otros son alquilados o comprados.

A lo largo de estos días continúan distribuidos por las calles todo tipo de puestos de comida, elementos trabajados con cuero y otros mercados diversos, que en su gran mayoría están montados gente de fuera. En cambio, la jornada gastronómica se congratula de ser un evento montado por la propia gente de Viveiro, que encuentra en este evento un punto de encuentro para reunirse con familiares y amigos y acabar cantando al unísono en la sobremesa. Carlos Novo, un vecino del viejo barrio de la Pescadería, confirmaba que "es en estos días cuando se forma comunidad".

Algunos de los propietarios de negocios locales afirmaron sentirse "alucinados" con la respuesta del público, cada año mayor, pues "nunca sabes se o tempo vai axudar ou se van afectar outras festividades da provincia" como señalaba Leman, organizador de una de las comidas.

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