La Xunta lanza un programa de promoción y mejora del Camino con un periodo de caducidad de seis años

El Gobierno gallego ha anunciado hoy su intención de desarrollar un plan global para la puesta en valor de los Caminos de Santiago con el objetivo de "sacar más provecho al potencial" que posee este recorrido y de reducir las debilidades observadas.

El presidente Alberto Nuñez Feijoo ha mostrado su preocupación por las necesidades que presentan las diferentes rutas que llevan a Compostela, por lo que apuesta por perfilar un plan director y un plan estratégico con una caducidad de seis años. El ejecutivo autonómico insta a identificar las actuaciones necesarias de las administraciones y hacer un calendario de intervenciones, algo que consideran una "decisión fundamental" para gestionar con eficacia esta señal de identidad como país.

Además, el número uno de los populares gallegos, ha querido remarcar la vital importancia del Camino de Santiago en materia económica. "No es solo la señal de identidad de Galicia, es una potente herramienta económica", ha afirmado el presidente gallego, que ve en los 1.300 kilómetros de Caminos de Santiago que recorren cien municipios "un proyecto de país, completo, que dará mayor proyección internacional en cualquier país del mundo".

Así, Feijoo destaca la importancia de toda mejora en los diferentes trayectos del camino de cara a la imagen internacional que ofrece Galicia. De los 49.728 peregrinos que obtuvieron la Compostela, el documento acreditativo de haber efectuado la ruta, el 60,9 % fueron extranjeros. El balance de la última temporada es que, de los visitantes anuales que recibe Compostela, se registran un total de 150 nacionalidades. El pasado año, por primera vez, hubo más peregrinos extranjeros que españoles, el 51 %, y en el mes pasado esta cifra ha llegado casi al 61 por ciento, lo que "obliga a redefinir estrategias y a cuidar con especial esmero" a estos turistas.

Entre las debilidades observadas, Núñez Feijóo ha citado el desequilibrio del número de peregrinos entre las distintas rutas, la baja coordinación entre administraciones, la estacionalidad, el reducido aprovechamiento de los canales de promoción, así como problemas de seguridad vial y accesibilidad en algunos puntos y la necesidad de mejorar la calidad de los servicios que se ofrecen a los peregrinos.

Entre estas prioridades, la administración gallega pedirá que se integren a todas las instituciones, que no vaya cada una por un lado, delimitar "con más intensidad" las bases históricas, culturales y conseguir la delimitación oficial de determinados tramos; cuidar en cada ruta los valores patrimoniales, desarrollar un programa de atención al peregrino y ampliar la promoción, que cada vez debe ser más internacional, entre otras cuestiones.

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